Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- La era digital, la violencia digital está pasando factura a las mujeres periodistas en Honduras, se ha vuelto una forma para agredir, desprestigiar, acosar y amenazar a las mujeres periodistas.
Ellas enfrentan obstáculos estructurales, prácticas discriminatorias que las excluye y les impide ejercer en iguales condiciones que los hombres la profesión.
Parte de estos obstáculos y prácticas es por la discriminación basada en el género, además de otros factores, como la edad, las creencias y la orientación sexual, entre otros.
Pero además de los riesgos, de amenazas y violencia se exponen a estereotipos machistas que reprueban su participación en la vida pública.
“Es una combinación de acoso cibernético, psicológico, pero que también transgrede las barreras de la seguridad no solo digital, porque en muchas ocasiones esto se convierte en una barrera para la libertad de expresión y agresiones físicas”, refiere Marlen Perdomo, periodista y directora del periódico Proceso Digital.
Muchas mujeres periodistas cuando se hacen visibles en un tuit, una publicación en facebook, instagram, tiktok, youtube, se convierten en personas molestas, fuera de lugar, generan desagrado y es cuando comienza la lluvia de ataques.
Esa misoginia, esas múltiples maneras de abusar contra las mujeres periodistas para Marlen Perdomo, es un patrón que se está dando en diferentes ámbitos de las coberturas y de la sociedad, “especialmente ahora que tenemos actores nuevos tanto políticos, sociales y del crimen organizado”.
Cada vez más vulneradas
No sólo es que las mujeres periodistas están cada vez más vulneradas, sino también, menos escuchadas, porque generalmente no denuncian en el momento oportuno porque saben que poco se hace cuando una mujer y periodista, denuncia.
Pero también callan por temor, porque simplemente están pensando en los problemas de los demás y poco analizan los riesgos que enfrentan las mujeres periodistas a la hora de ejercer su labor.
Los abusos contra las mujeres periodistas incluyen discursos de odio, campañas de desinformación y múltiples maneras de misoginia que amenazan exponencialmente a cada mujer periodista.
“La mayoría de veces nos quedamos calladas. Debemos hablar ahora y debemos hablar ya”, sugiere la directora de Proceso Digital.
Acoso sexual contra las mujeres periodistas.
Para Wendy Fúnez, periodista de investigación y directora del medio digital Reporteros de Investigación, ser mujer periodista en Honduras, es un riesgo. No tienen la misma condición que los hombres porque asegura que las agresiones se basan en la condición moral de la periodista, en el tipo de libertad sexual que pueda tener y su aspecto.
“Las fuentes generan acoso sexual contra las mujeres periodistas. Siempre el vocabulario presente en relación con la fuente es un trato distinto por ser mujer. Creen que tal vez somos personas que no tenemos las mismas capacidades que un hombre”, lamenta Funez.
Pero Wendy explica a Conexihon, que hay todo un lenguaje y un pensamiento que crea cultura y que por supuesto, al crear un pensamiento colectivo, crea también una forma de tratar a las mujeres, una manera de ver a las mujeres periodistas.
Ella como ejemplo pone lo que viven las mujeres periodistas en las salas de redacción de diferentes medios en el país.
“Hablo por las experiencias que hemos tenido y en las que vemos cómo se asignan determinados roles. En las salas de redacción se les exige que se peinen, se vistan de determinada forma y que tengan determinado prototipo para así colocarlas en alguna fuente o funciones”, relata.
Las pocas periodistas en Honduras que dan cobertura a temas sobre crimen organizado se ven discriminadas, porque hay medios que consideran que esos son temas que se le deben dar más a los hombres.
Pero también ese pensamiento se traslada a la cobertura de temas de política, porque se crea el pensamiento que solo los hombres pueden investigar las conspiraciones desde el poder.
Violencia digital y de género
Para intimidar a las mujeres periodistas se está utilizando la violencia digital y de género. Este tipo de violencia se hace a través de las redes sociales, donde personas anónimas empiezan a insultar a las mujeres periodistas.
Las descalifican por sus trabajos, intimidan, acosan, tratan de generar a través de las redes una imagen para deteriorar la trayectoria de las mujeres periodistas.
“Es la mayor agresividad que se ha estado viendo en las redes sociales en los últimos tiempos y ello no solo limita el espacio público hacia las mujeres, también limita la libertad de expresión”, explica Thelma Mejía, periodista y analista.
Esas violencias están generando preocupación en varias organizaciones de las Naciones Unidas, la Unesco, organizaciones de mujeres como ONU Mujeres, pero también, las organizaciones defensoras de la libertad de expresión.
Hay una marcada tendencia a tratar de inhibir, censurar y que las mujeres periodistas se autocensuran por el ataque que se vive en las redes sociales que es muy fuerte y a veces ese ataque trasciende a la esfera pública.
“Hay casos de colegas que se han visto agredidas físicamente o verbalmente después de esas campañas intensas que se hacen en las redes sociales. Son campañas que en su mayoría son generadas por personas de poder, ya sea en el Gobierno u otros sectores que se sienten afectados por el trabajo que hacen las mujeres periodistas”, cuenta Thelma Mejía.
Otro patrón que se detecta de violencia hacia las mujeres periodistas es la desinformación y las falsas noticias.
En el último año la tendencia es crear historias falsas sobre las mujeres periodistas para descalificar y denigrarlas.
Robar los perfiles de mujeres periodistas para colocar cosas que no son ciertas, se ha vuelto una moda.
Colocan fake news (noticias falsas) y lo más lamentable es que quienes están llevando esta guerra de desinformación, desprestigio y descalificación hacia la labor de las mujeres periodistas son los call center (centro de llamadas o centro de atención telefónica), o nextcenter (un grupo de personas pagadas para cumplir un objetivo específico) y los grupos de voz.
Son personas anónimas, no identificadas pero que responden a un patrón que interesa a determinados sectores de poder, de gobierno o sectores interesados en minar la credibilidad en el periodismo, la libertad de expresión y eso de una u otra manera influye para que las mujeres periodistas tengan o sean objeto de violencia psicológica.
Los ataques
Dunia Orellana, es la directora del portal Reportar Sin Miedo, ella conoce bien los abusos que se dan en línea. “Hay muchas manifestaciones que se generan cuando sos una mujer periodista y expresar quién eres públicamente”.
Para Dunia, hacerlo puede originar varias cosas: que se callen y no digan nada o al menos públicamente porque les da miedo de que expongan la misoginia, la LGTBIQ+ fobia, o odio, o también simplemente atacar.
“Cuando no conocen muy bien quién es esa periodista, pueden decir cosas horribles de esa persona. Eso nos pasa a nosotras, sobre todo las mujeres periodistas que trabajamos en temas de género y de diversidad sexual”, comenta Dunia Orellana.
En Honduras, por ejemplo, muchas personas se esconden dentro de las redes sociales utilizando bots o nombres falsos para atacar a las personas.
También se ha detectado que muchas de estas campañas de odio o desinformación hacia las mujeres periodistas o personas específicas son dirigidas por hombres u otras mujeres que buscan atacar por medio de una persona.
“Si eres una persona que no pertenece a una talla específica, de peso, te atacan por tu peso, por el cabello, por el color de piel, la identidad, orientación sexual o también pueden atacar simplemente por ser periodista o no ser periodista, por ser una comunicadora”, lamenta la directora de Reportar Sin Miedo.
Testimonio
Dunia Orellana relata algunas de las vivencias que en el ejercicio de su labor ha sufrido. “Me ha tocado en algunas circunstancias cuando han atacado a personas muy cercanas a mí, que no piensan las cosas antes de decirlas. Saben que con una sola palabra sabré cómo voy a responder y entonces como que les da un poco de miedo. No soy tan pública, pero si soy pública en lo que digo, lo que hago y quién soy”, relata.
Pero los ataques al círculo cercano aumentan asegura Dunia y se va volviendo un patrón constante que para las mujeres periodistas es mucho más fuerte porque saben que uno de los puntos más importantes es su familia. “Ellos saben por dónde atacarnos”, concluye Orellana.
El Comité por la Libre Expresión (C-Libre) en el mes de agosto del 2022, presentó un informe que revela el alza que hay en los nuevos patrones para reprimir, silenciar, censurar y asesinar a comunicadores y periodistas en las plataformas digitales. Es desde ese espacio que se generan todo tipo de atropellos a la libertad de expresión, prensa y protesta.
Son esas agresiones a mujeres periodistas, comunicadoras y voceras comunitarias que muestran cómo los patrones parecen cambiar las formas de agresión a la libertad de expresión en Honduras.
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