Por: Karla Lara
Incendian la montaña La Tigra, ahí donde la gente se ha organizado para luchar y defender su tierra, su agua, su vida. Ahí donde la mayor parte de la gente, la que siempre ha vivido ahí, ha sido desde que la minera y otros males y malos gobiernos han pasado, gente pobres de dinero, ricos en la frescura de su clima, exuberante su naturaleza, generosa la tierra en el fruto con el que nos alimenta, ahí hay todo lo que los ricos de dinero no tienen, pero que tampoco aprecian, porque en su soberbia ignoran todo lo importante y necesario de la vida, porque el agua solo la conocen en botellitas de plástico importadas, en llaves donde sale hasta caliente, en piscinas cloradas, desconocen la caída leve de una cascadita de agua arremolinada entre piedras en el pozo de un río, lo fresca que sale de un nacimiento, pura y hasta con sabor dulzón.