Por: Félix Cesario*
A más de casi cuarenta años de ser parte, como proletario activo en las movilizaciones del Día internacional de los trabajadores y trabajadoras, que celebramos en Honduras ¡JAMAS! recuerdo que haya sucedido una represión con odio, alevosía y ventaja de brutalidad, como la ocurrida este martes 01 de mayo de 2018. Una represión verde olivo y azul. No encuentro en mi memoria acontecimiento tal brutal contra la clase trabajadora.
Después de 1944, con la masacre ordenada por Juan Manuel Gálvez, ministro de guerra del tirano Tiburcio Carías Andino (apodado Doctor y General) para ese entonces, en donde la sangre corrió por la calle principal de San Pedro Sula, la respuesta de las autoridades no pudo ser más ofensiva para las mujeres… “es que las mujeres estaban con la menstruación”, fue la justificación del tirano de turno de USA, para violentar los derechos humanos, en esencia el derecho a la protesta y manifestarse libremente.
Durante 40 años, no registra la historia una represión al movimiento obrero y concretamente ningún primero de mayo se ha reprimido a una movilización de un primero de mayo. Salvo un 1ero de mayo de 1984, cuando en aquellos “Tiempos del Terror”, hubo capturas de líderes y líderesas del movimiento obrero. Meses antes ya había desaparecido a los dirigentes Gustavo Morales y Rolando Vindel, como lo apunta el Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos en Honduras (COFADEH).
Este primero de mayo de 2018, lo registrará la historia, y mostrará la cara de la patria bañada en sangre ante la faz del mundo, como una Honduras violenta, un ejército y policía desquiciada y asesina, ligada al narcotráfico de un gobierno infiltrado por el narco-militar-colombiana-estadounidense.-gobernante, que se recordará como ladrón, asesino y violador de los derechos humanos y enemigo número uno de las juventudes y peor del sector estudiantil.
Lo sucedido ayer no es más que, una represión planificada de parte de un gobernante de hecho y no de derecho; además “colombianizado” y por ende infiltrado. Por tal razón tiene, tanto en la policía, en el ejército y en los comandos de infiltrados del Partido Nacional los responsables de quien, si observamos detenidamente son los que incendian el edificio antiguo de la Alcaldía.
Son personas que algunos se cubren el rostro y otros descaradamente lo muestran. Otros son los que uniforma el “Capitán Arrazola” de cierto movimiento estudiantil, mismo que el vocero policíaco vociferó en los medios tarifados (vergüenza del periodismo nacional) y afirmó que los incendiarios eran de tal o cual grupo estudiantil. Lo que no dijo y aquí está la sospecha ¿por qué están incendiado las alcaldías en el país? principalmente nacionalistas y algo más sorprendente ¡incendian los archivos! ¿Qué quiere ocultar el gobernante infiltrado?
Por lo demás este primero de mayo de 2018 fue y será negro por la brutalidad de la que fuimos víctimas, sin olvidar que la organización capacitación y la movilización, nos conducirá a la victoria más temprano que tarde.
Buen provecho, presidente infiltrado. Cuando impere el derecho, se enfrentará a la vindicta pública de los anfibios. Nunca lo enaltecerá la historia, porque las víboras no tienen biografía. Los derechos humanos y el poder de la palabra de un periodismo que entiende que “sin libertad de expresión no hay democracia”, prevalecerá por los tiempos
Entre tanto buen provecho a los buitres hondureños del pentágono.
Muy buen provecho.
*Poeta y Periodista. Ex Catedrático de la Escuela de Periodismo, UNAH.