Por Rodolfo Cortés Calderón
Desde finales del siglo XV cuando llegaron los invasores coloniales, este rico y prometedor paisaje y territorio llamado Honduras fue fruto codiciado para el saqueo y la expoliación por parte de las grandes empresas capitalistas, primero europeas y posteriormente por los gobiernos norteamericanos, concretamente Estados Unidos y Canadá.
El despojo fue tan grosero que la mayor parte de los presidentes de la era ¨independentista¨ vendían –léase mejor, entregaban—los territorios y bienes naturales de nuestros ancestros a villanos aventureros que los corrompían con prebendas como sucedió con Marco Aurelio Soto, pero además invadiendo y pagando a precio de gallo muerto las propiedades rurales o comprando el fruto del trabajo a precios ínfimos.
EL DESPOJO DE LAS TIERRAS ANCESTRALES
Según análisis y extensa documentación del investigador costarricense, historiador y abogado Carlos Araya Pochet, Honduras destacó en la época colonial como la nación productora de metales preciosos más importante de Centro América, que centró su mayor actividad durante el siglo XVI—1530-1560—en la obtención de oro de aluvión y la explotación de minas de plata a partir del siglo XVIII en la región de Tegucigalpa-San Juancito. Además se señalaron importantes vetas de oro de menor cuantía en Olancho, Gracias, Choluteca. No fue coincidencia entonces, que el presidente Soto comprara la mina llamada Rosario de San Juancito que se convertiría después en la principal explotación minera del país bajo los auspicios de capital norteamericano. De 1880 a 1909 los gobiernos concedieron 1003 concesiones mineras a las empresas norteamericanas en 14 de los 18 departamentos de Honduras. Aunque no todas eran explotables.
Cuando a finales del siglo XIX los lugareños de Islas de la Bahía, Honduras, consumían naturalmente los sabrosos bananos, jamás imaginarían que décadas después este apetitoso fruto sería la codicia del capital estadounidense. Fue así que en 1899 se funda la United Fruit Company. Este año obtienen la primera concesión de parte del gobierno de Terencio Sierra, 1899-1903, e instalan sus primeras empresas en El Aguán, Colón.
En 1902 otro ciudadano estadounidense obtiene del gobierno una oprobiosa concesión de arrendamiento por 25 años de 5,000 hectáreas de tierra en la costa de Omoa, Cortés, a ambos lados del río Cuyamel. Surgen la Cuyamel Fruit Co y la Tela RR.Co.
En 1950 aparecen en la Costa Norte de Honduras los primeros movimientos campesinos, que eran perseguidos y reprimidos por las empresas bananeras y los terratenientes criollos. Esto derivó en graves conflictos agrarios originados por la expansión capitalista que los despojaba y arrinconaba en sus tierras ancestrales. En 1954 con la Huelga obrera contra las empresas bananeras toma más fuerza la organización campesina y surge la CENACH.
LA LIBERAL LEY AGRARIA DE VILLEDA MORALES
Los primeros asomos de Reforma Agraria se dieron en 1960, no tanto por el gran corazón y supuesta visión del gobierno liberal, sino presionados por EEUU para detener la olla de presión que representaba para Latinoamérica el triunfo de la Revolución Cubana. Fue así que el gobierno de Ramón Villeda Morales, 1957-1963, presentó el 5 de agosto de aquel año el primer esbozo de lo que en el futuro sería la mencionada Ley.
Mediante Decreto Ley No. 69 del 8 de marzo de 1961 se crea el Instituto Nacional Agrario, INA, para dar aplicabilidad a la Ley de Reforma Agraria.
En 1962 se emite la primera Ley de Reforma Agraria cuyo propósito era expropiar las tierras ociosas de las compañías extranjeras—principalmente de la Cuyamel Co. y TRRCo– y cuyo propósito central era la transformación de la estructura social agraria y la erradicación del latifundio y minifundio.
El 30 de abril de 1965 en el caserío de El Jute, El Negrito, Yoro fueron asesinados por las Fuerzas Armadas de Honduras y ante los ojos de la población siete revolucionarios campesinos, entre ellos Lorenzo Zelaya y Rufino López con el propósito de enviar un mensaje a los aguerridos agraristas despojados por siglos de sus tierras por el poder oligárquico imperial anglosajón y los criollos achichincles.
Pero, además, el 18 de febrero de 1972 se dio la masacre de la Talanquera, Olancho, donde nuevamente las Fuerzas Armadas asesinaron seis dirigentes campesinos en una toma de tierras, que implicó además a policías y ganaderos.
EL DECRETO 170 DEL MILITAR LOPEZ ARELLANO
Con el Decreto Ley 170 del 30 de Octubre de 1974 el gobierno militar de Oswaldo López Arellano se propuso el compromiso de hacer de la Reforma Agraria un verdadero programa de gobierno. Hubo muchas expropiaciones, menos en el valle de Comayagua donde el militar detentaba grandes extensiones de tierra.
El 25 de junio de 1975 se dio por inoperancia de la autoridad agraria la masacre de Los Horcones en el departamento de Olancho en el que miembros de las Fuerzas Armadas asesinaron 15 personas entre campesinos, estudiantes y líderes religiosos. Aquí también tomaron participación terratenientes y ganaderos entre ellos Manuel Zelaya.
LEY NEOLIBERAL DE RAFAEL CALLEJAS ROMERO
Con la llegada del neoliberal Rafael Leonardo Callejas a la presidencia,1990-1994, en 1992 se promulga la Ley para la Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola con cuya Ley se dio el tiro de gracia a la Ley de Reforma Agraria ya que impulsaba y permitía la venta de las tierras agrícolas a los grandes empresarios en lo que se vieron implicados altos líderes de las organizaciones campesinas.
LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS Y SINDICALES
En este periodo agrario se dieron en la vida rural hondureña casi medio centenar de organizaciones campesinas, tanto independientes como del sector reformado integradas por hombres, mujeres o mixtas. Lamentablemente muchas de las dirigencias no cumplieron con su rol e ideales y muchas cayeron en las garras de los grandes empresarios que les mal compraron las tierras o los corrompieron. Varias empresas campesinas desaparecieron por su propio suicidio.
CONCLUSIONES
· Debe quedar claro a la ciudadanía hondureña que ni los liberales, mucho menos los militares, presentaron estas iniciativas de reforma agraria por patriotismo o gusto propio, sino para detener la influencia revolucionaria de Cuba en la región. La reforma agraria y la protección de los bienes comunes jamás ha sido tarea fundamental ni de los gobiernos conservadores, militares, liberales o los llamados ¨socialistas¨.
· Fue estrategia del poder imperial y de sus vasallos criollos destruir, dividir y corromper a los movimientos sindicales obreros, campesinos y profesionales. Parte del sufrimiento actual de las comunidades agrarias se debe a la intransigencia y oprobiosa conducta de algunas altas dirigencias campesinas corruptas y del sindicato del INA, SITRAINA, que se coludieron y algunos se vendieron con la oligarquía terrateniente.
· El 22 de febrero del año 2022 representantes de la Plataforma Agraria y COPA de El Aguán firmaron con altos representantes del gobierno de la presidenta Castro un acuerdo en el que el gobierno se comprometía a resolver los enormes problemas agrarios, ambientales y mineros en aquella región y que según denuncias actuales el Estado no ha cumplido.
Le recordamos Presidenta Castro que si hay región y población que aportó enormemente a su triunfo, por ser personas muy conscientes y comprometidas, fueron las del Bajo Aguan. No las defraude, cumpla lo que les ha prometido a ellas y a todo el pueblo que no le dará más chance. No nos haga pensar que está defendiendo a los grandes oligarcas mineros, banqueros y terratenientes.
¡Tiene la palabra Presidenta Castro, no la escurra!
09 de febrero 2023