Por: Carlos Méndez
Edgardo Castro, periodista y actual diputado por LIBRE en el Congreso Nacional, no se anda con papadas para decir lo que quiere sin que su cara se ponga chele en ningún tiempo de su abultada vida. Para bien o para mal, probablemente esta conducta ya la traía desde sus aprendizajes de tumultos en la escuela primaria; como periodista en el canal 6 tv del Valle de Sula o como un militante apasionado del ultraderechista Frente Unido Universitario (FUUD), en los 80s.
De repente y en una coyuntura en la cual aparece como tema la puja por deslegitimar al actual Congreso Nacional, el nombramiento de una nueva Corte Suprema de Justicia y la venida de la CICIH, ante cierta prensa que “anda en todo menos en misa”, el Chele se destapa, con cierta insolencia, con una denuncia anti corrupción, de los dioses: “En este gobierno hay corrupción”- grita-.
A la hora de la hora, -continúa machucando y estira su dedo índice-: Miren ve; en el Congreso como en el Ejecutivo se gastan 25 millones de dólares al mes, para carros blindados y guarda espaldas. Solo cambiamos de bandera: Antes era cachureca, ahora es rojita con las siglas de Libre).
“Nosotros pasamos a ser corruptos también. Esta aumenta”, dijo sin tocarse los hígados el entrevistado.(Confidencial Honduras. Oct). Y con una estocada de torero en feria de pueblo, remachó: “En este gobierno se baila en la fiesta de los corruptos. Algunos andan en carrazos y ya tienen grandes mansiones” (El Heraldo 12.10.2022). El chele, se da la vuelta y se retira campante de las cámaras dejando un aliento de morbosidad política en los pasillos del Poder Legislativo.
Es posible que Castro si le da más cuerda la cuadrilla del “cuarto poder”, seguro que hubiese hablado de nepotismo; de los pactos secretos entre el poder y los floreados dueños del Partido Liberal, para mantener a sangre y fuego a la actual embajadora de Honduras en la ONU, y si le ajusta su atrevimiento, es probable que haya mostrado su desacuerdo por el nombramiento del actual embajador ante la OEA, rechazado rotundamente por movimientos feministas que señalan a este como un “sujeto de perversa misoginia”. Y para calentar el ambiente navideño, el chele regala de navidad y año nuevo al actual Ministro de Educación, el señor Sponda, un telegrama con un chonguito ácido en donde lo acusa de “ser un delincuente y de saquear al magisterio” sin mostrar ninguna prueba. Y aquí está la changoneta que no queremos ver.
En un país un poco más serio, el diputado Castro desde hace 3 meses hubiese sido llamado de oficio por las autoridades como el Ministerio Publico, para que respalde su denuncia con documentación en mano
El gobierno y sus funcionarios le aplican al Chele Castro la vieja técnica “ley del hielo” e “ignora” la denuncia de este, para conseguir, en un silencio cuasi cómplice, que el quejoso al transcurrir cierto tiempo vacío, se retrate así mismo ante la opinión colectiva como un bobo mentiroso, o un loco “vivo” para nada, que utiliza una práctica venal, de llamar la atención, muy propia de gente especializada en chantaje, “para que me llame el gobierno “y “platicar para lo que quieran; a ver si pueden conmigo”.
Independientemente que la deshonestidad y la corrupción no tiene colores políticos ni credo religioso alguno y como no solo hay que parecer que se es honrado, como nos dijeron los abuelos, sino serlo esencialmente, el Chele estropea su propia moralidad y valentía que dice tener, al hacerse el loco ante los organismos competentes, con su “tapeada”. Y labra su propia estaca. Pero también, por su lado, el gobierno y algunos distinguidos funcionarios señalados, hacen el nada beneficioso papel de dundos confesos, al fingir demencia frente a cada “denuncia” en una realidad socio política bastante sensible, con un pueblo generoso, y, aunque manipulable, pero que está aprendiendo, a ser menos baboso desde hace rato. Y tanto los gritones y gritonas, “denunciantes” como los “denunciados” podrían pagarla muy caro.
Ante el drama de un país hundido por la corrupción pública, en donde se le ha robado al pueblo exageradas cantidades millonarias de pisto que podría ser destinado para Educación, salud y seguridad física en las calles y en las casas, la gente debe educarse y organizarse obligadamente, en cada ciudad, pueblo y aldea, para lograr que probados ladrones públicos, hombres y mujeres, no se salgan con su picardía mortal. Hay que cortarles las uñas con todo y manos asquerosas, en cuenta la de sus testaferros y lavadores de activos bancarios.