Autora: Claudia Sanchez, Psicóloga
El Coronavirus o COVID-19 es enfermedad viral infecciosa de transmisión por contagio directo entre humanos, fue declarada pandemia global por la OMS el 11 de marzo del 2020. Aunque la letalidad de la enfermedad es relativamente baja no obstante resulta dañina en adultos mayores y en pacientes con enfermedades de base prexistentes y antecedentes negativos en sistema inmunológico. Más preocupante es, la agresividad del virus por su veloz trasiego lo que hemos visto en estas últimas semanas donde hay un crecimiento exponencial
Las personas privadas de libertad son un grupo particularmente vulnerable debido a la naturaleza de las restricciones que ya se les imponen y su capacidad limitada para tomar medidas de precaución. Dentro de las cárceles y otros lugares de detención, muchos de los cuales están gravemente sobrepoblados e insalubres, también hay problemas cada vez más graves.
Las medidas tomadas para ayudar a abordar el riesgo para los detenidos y para el personal en los lugares de detención deben reflejar los enfoques establecidos, y en particular los principios de «no hacer daño» y «igualdad de cuidado». También es importante que exista una comunicación transparente para todas las personas privadas de libertad, sus familias y los medios de comunicación sobre las medidas que se están tomando y las razones para ello.
La prohibición de la tortura, los tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes no puede ser derogada, incluso en circunstancias excepcionales y emergencias que amenacen la vida de la nación. Y por lo tanto, dentro de la esfera de supervisión tanto del SPT como de los Mecanismos Nacionales de Prevención (MNP) establecidos dentro del marco del OPCAT.
Naturalmente, como organismos autónomos, los MNPs son libres de determinar la mejor manera de responder a los desafíos planteados por la pandemia dentro de sus respectivas jurisdicciones. El SPT permanece disponible para responder a cualquier solicitud específica de orientación que se le solicite. El SPT está consciente de que varias organizaciones globales y regionales ya han emitido una serie de valiosas declaraciones que recomienda para la consideración de Estados parte y MNPs.
El SPT enfatiza que, si bien la forma en que se realizan las visitas preventivas se verá casi seguramente afectada por las medidas necesarias tomadas en interés de la salud pública, esto no significa que las visitas preventivas deban cesar. Por el contrario, la exposición potencial al riesgo de malos tratos que enfrentan las personas en los lugares de detención puede aumentar como consecuencia de las medidas de salud pública adoptadas. El SPT considera que los MNPs deben continuar realizando visitas de carácter preventivo, respetando las limitaciones necesarias en la forma en que se realizan sus visitas.
Por lo anterior, es necesario establecer estrategias para cuidar la salud fisca y mental de una sociedad en crisis que se está enfrentando a un enemigo desconocido, incapacitante y probablemente letal. De modo que se potencien las capacidades humanas para afrontar esta inusitada situación y se minimicen los efectos negativos.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dado el carácter viral de la transmisión del COVID-19 ciertos grupos sociales se encuentran en mayor riesgo de sufrir impactos diferenciados, entre los cuales se menciona a las personas privadas de libertad.
Cabe destacar que se entiende como grupos vulnerables:
1) Mayores de 65 años; 2) Mujeres embarazadas; 3) Pacientes portadores de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica); 4) Paciente diabético insulinorequirentes; 5) Paciente inmunosuprimidos (HIV, TBC en tratamiento, Hepatitis B y C en tratamiento, pacientes oncológicos en tratamiento, paciente bajo cortico terapia, paciente en tratamiento de quimioterapia, pacientes con enfermedades autoinmunes); 6) Pacientes con insuficiencia cardiaca; y 7) Pacientes con insuficiencia renal crónica.
Sobre la situación particular de encierro de mujeres que se encuentran embarazadas o conviviendo con sus hijos/as en establecimientos del Servicio Penitenciario, se recomienda a jueces y juezas federales tener en cuenta la situación de las mujeres embarazadas y/o con hijos en contextos de encierro con el n de analizar la pertinencia de alguna medida alternativa a la prisión.
Considerando que al privar de libertad a una persona el Estado adquiere un nivel especial de responsabilidad y se constituye en garante de sus derechos fundamentales, en particular en este caso el derecho a la salud, solicitamos se tomen las medidas que se recomiendan para reducir el riesgo de contagio de manera urgente.
La CIDH “exhorta a los Estados a considerar en los protocolos de atención los derechos de esta población a efectos de evitar brotes en los diferentes centros de detención, y que en el caso de que ocurran, se tenga acceso a los tratamientos de salud adecuados. Los Estados también deben adoptar medidas alternativas a la privación total de la libertad, siempre que fuera posible, evitando el hacinamiento en las cárceles, lo que puede contribuir con la propagación del virus” http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/060.asp
Es sabido que en Honduras el personal en los centros penitenciarios está informado sobre el virus en forma general, gracias a las campañas de la Secretaria de Salud, pero el Instituto Nacional Penitenciario no les está abasteciendo de implementos de bioseguridad continuamente ni actualizaciones en las capacitaciones de variantes de las diversas cepas.
Existen murales en los centros penales, pero esto no ha sido suficiente para informar a la población sobre prevención, manejo y seguimiento del COVID-19 ya que están en salones donde no toda la población penitenciaria concurre, falta que sigan replicándose las charlas ilustrativas por grupos.
No se le ha dado insumos de protección de bioseguridad regularmente a personal penitenciario ni privados/as, en una entrevista con un empleado menciona que; Solo una vez nos han dotaron completamente de insumos de bioseguridad y que ahora cada cual compra el propio, esa es la razón por la cual existe un 50 % de posible contagio en población administrativa y operativa.
Si no se ha terminado de abastecer a toda la población privada de libertad, personal penitenciario administrativo, seguridad y operativo de los centros penales de mascarillas, gel, alcohol y demás insumos de bioseguridad, quizás acá está un motivo de los altos niveles de contagios.
Al preguntar al empleado por las medidas de bioseguridad aplicadas en los Centros Penitenciales aducen que: las ven desfavorable y con necesidad de mejora por ejemplo en; trabajar en equipo con Instituto Nacional Penitenciario INP con los demás organismos de prevención y pro derechos de privados de libertad, muchas veces se doblan esfuerzas y malgastan recursos, y eso genera frustración y falta de credibilidad, abandono de tareas.
Los Organismos Ejecutores de Justicia deben de buscar brindar instrucción u orientación continua al personal penitenciarios, en ocasiones los órganos velan por los privados de libertad pero lo hacen aisladamente del INP y no se le da seguimiento al personal penitenciaria, quedando sin formación y capacitación sanitaria, se deben instruir para que respeten derechos del acceso a la salud de las y los privados y vigilar que el INP tenga personal básico para la atención física y mental.
Todo Centro Penitencial debería tener completo su equipo técnico pero muchos no lo están, se debe exigir INP que provea lo básico en cuanto a los equipos técnicos y personal capacitado para garantizar el respeto de los DDHH y brindar atención integral a la salud.
Los problemas que se visualizan; siguen introduciendo gente nueva a los centros penales, sin haberlos aislando al estar en el mismo lugar población interna y nueva es un foco contaminación subyacente, además lo pueden ver el contagio como una oportunidad de salir aplicándose una conducta autodestructivas, desarrollo de síndrome depresivos, y sin visitas nadie les provee nada.
Las y los privados viven en hacinamiento y por los contactos de los guardias que viven fuera de los centros penitenciarios se va diseminando el virus, la falta de cultura de aseo e insumos de limpieza, educación, modales e indisposición y prejuicio hacia el tipo de población penitenciaria y hay conductas altamente discriminatorias y discriminantes de los empleados hacia las/os privados.
Al finalizar la entrevista nos comentó el empleado: algunas personas de las autoridades y militares consideran a los reos como despreciables y no se preocupa por ellos y tampoco se preocupan por el cuido de los empleados administrativos y operativos. Lo que a uno genera ira y frustración por la corrupción y falta de implementos de bioseguridad, esto podría devenir en problemas y quizás hasta demandas por posibles contagios y muertes, pero demandas serian con suerte de parte de las organizaciones de DDHH porque no se están suministrando medidas de bioseguridad, hay un alto índice de mortalidad de privados/as y está empezando a sentirse las muertes en empleados administrativos y operativos en los centros penales.
En Honduras la pandemia llega en medio de una crisis Estatal en el sistema de salud que no cuenta con recursos, infraestructura necesaria para la atención básica ni cobertura para poder atender a la población, menos tiene la capacidad para enfrentar una pandemia de esta magnitud, generando crisis alimentaria sobre todo en el área rural, en los barrios marginales y las principales cárceles.
Existen elementos en la atención, evaluación y apoyo psicológico de las/os privados que presentan consideraciones que deberían ser atendidas según la situación identificada.
– Identificar la presencia de un sesgo de necesidad de atencional por los estímulos amenazantes.
– Explorar historia de consumo de sustancias psicoactivas y presencia de posibles síntomas de abuso o dependencia.
– Identificar en cuanto sea posible, los eventos que mantienen la conducta de consumo actual.
– Indagar historial de enfermedades mentales, exposición a evento potencialmente traumático -Presencia de malestar se exacerba a raíz del aislamiento social o al temor por el posible contagio.
– Identificar la presencia de desesperanza y desesperación, pensamientos/planes/actos presentes o pasados de autolesión o suicidio, actos de autolesión o alteraciones emocionales graves.
– Identificar la presencia de distorsiones cognitivas (sobre generalización, magnificación y minimización, personalización y pensamiento dicotómico, entre otras.)
– Evidenciar dificultad para controlar si hay cogniciones negativas (irracionales y catastróficas).
– Evaluar la Presencia de dolor intenso derivado del luto y que se mantiene con la misma intensidad seis meses después del acontecimiento.
– Identificar la presencia de acontecimientos estresantes en la vida cuando fue niño, niña o adolescente y dinámicas parentales y familiares que pueden estar operando como estímulos desencadenantes del malestar expresado.
– Identificar la presencia de evidentes errores de omisión y comisión.
En Honduras, es un hecho que hasta presentar evidencia de tu inocencia eres culpable, acá la presunción es de la inocencia. La mayoría de las y los privados de libertad inician sus vidas siendo víctimas de algún delito, con el devenir de los años viviendo en un país sin oportunidades terminan siendo solo ellos/as y sus circunstancias que les orillan a tornarse en victimarios/as.
Los privados/as pagan sus condenas o las penas que la sociedad y el Estado con su desigualdad le impone al interior de los centros penitenciarios, no nos olvidemos que siguen siendo seres humanos, y que a pesar de ser criminales condenados confesos o no, el velar por el salvaguardo de sus vidas y las de los hijos menores de 5 años de las privadas le pertenece al Estado y su rehabilitación a la ciudadanía Gral. Además que son una población mayormente afectada.
Todo ello nos recuerda el poema de Roberto Sosa; Entré/ en la Casa de la Justicia/ de mi país/ y comprobé/ que es un templo/ de encantadores de serpientes/ Dentro/ se está/ como en espera/ de alguien/ que no existe./ Temibles/ abogados/ perfeccionan el día y su azul dentellada./ Jueces sombríos/ hablan de pureza/ con palabras/ que han adquirido/ el brillo/ de un arma blanca. Las víctimas —en contenido espacio—/ miden el terror de un solo golpe/ Y todo/ se consuma/ bajo esa sensación de ternura que produce el dinero./
Resumen Biográfico:
Feministas, Socialista, Escritora, Gestora y Promotora Cultural, Psicóloga, Pedagoga en educación superior, facilitadora en proyectos de orientación social, educativa y artístico-cultural. Bohemia, Artivista en DDHH y LGTTTBIQ+, con participación en cambios conscientes originados en la sociedad civil, voluntaria en el ámbito del arte, psicología, desarrollo social y cultural. Gnóstica.
Obras publicadas en diarios rotativos, revistas, antologías impresas y digitales, nacionales e internacionales, publicada en sitios web de orden artístico, cultural y de denuncia social. Mujer de ideas rizomáticas, denunciante del mal vivir, inmersa en una sociedad erotoinconforme. Amante de las tradiciones, la cultura comunitaria, la literatura, el arte en general, alma errante, nomáda por pasión, de vida itinerante, sin ataduras ni anclas.