Olancho, Honduras (Conexihon).- Los reiterados problemas de escases de agua en el tiempo de verano, fue el detonante para que un veterinario residente en la zona de Patuca, tuviera la iniciativa de instalar un pozo eléctrico de agua, utilizado para el sustento familiar e incluso para abastecer también a parte de los habitantes de la comunidad.
Se trata de José Izaguirre, médico veterinario nativo del departamento de El Paraíso, zona oriental del país y quien reside junto a su familia desde hace 25 años en la comunidad de La Guadalupe, en el municipio de Patuca, departamento de Olancho.
Izaguirre, quien además es agrónomo, llegó a Patuca para poder ejercer su profesión, y fueron precisamente sus conocimientos profesionales que lo conllevaron a organizar a sus vecinos para buscar soluciones que garanticen el derecho al agua en el sector.
“Resulta que a través del problema del agua intentamos con los vecinos en meter un proyecto, fue difícil no ajustamos el dinero para comprar la microcuenca pues en los meses de marzo y abril la situación se agudizó esto debido a que la microcuenca que abastece actualmente brinda el servicio”, denunció Izaguirre.
Por otra parte, el mal estado del tanque que sirve para el almacenamiento y distribución del agua de la comunidad necesita ser remplazado por un tanque nuevo.
Las paradojas de la hidroeléctrica
En el año 2010 el presidente del Poder Legislativo (hoy presidente relecto del Ejecutivo) Juan Orlando Hernández, firmó el Decreto 2079-2010, el que establecía la importancia de la generación hidroeléctrica y otras energías renovables para que, en el 2022, la matriz energética evidencie una participación neta de energía renovable, equivalente a un setenta por ciento (70%) de la demanda.
Así se aceleró la ejecución de los proyectos Hidroeléctricos de Patuca lll (Piedras Amarillas), Patuca ll-A (La Tarrosa), Patuca ll (Valencia), Los Llanitos y Jicatuyo, cuya construcción inicio en el año 2010 con fecha de entrega en 2015, pero 10 años después la obra aun no da frutos.
Patuca III, para el caso es un emblemático proyecto hidroeléctrico ubicado entre los municipios de Catacamas y Patuca en el departamento de Olancho, fue presupuestado a un costo inicial de 50 millones de dólares y que a la fecha superan los 400 millones.
El proyecto fue adjudicado a la empresa China Sinohydro, quién programó iniciar operaciones en el 2014, pero según la última información será hasta diciembre de este año que posiblemente se pueda culminar la represa.
En el municipio de Patuca, el proyecto hidroeléctrico afecta a la población, quienes han denunciado afectaciones de contaminación en las aguas que quedaron arremansadas (atrapadas) en charcos o pequeños pozos.
Además, han alertado que el cierre de las compuertas (del proyecto hidroeléctrico), generó sequía por el cambio en el flujo del agua, situación que también afectó en el surgimiento de lagunas verdes llenas de algas en las partes altas del sector, lugar en donde actualmente muchas familias son afectadas al no ser indemnizadas y/o reubicadas.
Igualmente, la implementación del proyecto hidroeléctrico afectó el sector económico, según los lugareños, por el cierre del paso a los “cayuqueros” que trasladan alimentos y productos de primera necesidad para las personas que viven en las aldeas de Río Abajo.
Beneficio cero
“Vinieron a hacer esa represa y no tenemos ningún beneficio, empezando por la luz esa energía debería quedar aquí no digo regalada sino a un bajo precio, aquí no tenemos ayuda de nada. Los que hicieron la represa seguramente no son de aquí y cuando la entreguen al Gobierno va a quedar deteriorada”, respondió José Izaguirre, al consultarle sobre el Proyecto Hidroeléctrico Patuca III.
“Platiqué con un ingeniero y me dijo que el proyecto sería la última alternativa al no encontrar fuentes de agua en las montañas. Después consulté con otro y me dijo el agua de la represa solventaría el problema; pero que esa agua es mala por la contaminación que recoge los desechos de los otros municipios de Olancho y el Paraíso y que para la único que serviría seria para riego”, añadió Izaguirre.
Ante este último panorama de aguas contaminadas -no recomendadas para consumo humano- Izaguirre aseguró que la comunidad siempre necesita del vital líquido, mismo que puede ser utilizado para irrigación de hortalizas, caña para azúcar, arroz y otras siembras, pero para eso el gobierno deberá facilitar apoyo, de lo contrario “estamos más fritos que el huevo en una cacerola” describió Izaguirre.
Autodeterminación a tener agua
José Izaguirre, es conocido en la comunidad de Guadalupe por su visión solidaria y sobre todo por su determinación a cumplir sus metas y objetivos. Estas características fueron las que detonaron la chispa que prendió la mecha de la autodeterminación, pues cansado de las eternas promesas de los políticos y de la escasez del agua en su hogar, el veterinario logro a título personal construir una bomba de agua en su propiedad.
Inició con varios estudios sobre la efectividad de fuentes de agua en el terreno, así como la certeza que en el área donde sería instalado el pozo no tuviera contaminación; después de eso, narró el veterinario, la instalación era lo difícil.
“Yo cuando vi que era difícil la instalación del pozo para la comunidad, contraté el pocero y trabajan seis personas diarias, dan vueltas a las brocas y llaves en la tierra como quien está moliendo caña en un trapiche, este pozo tiene 12 metros de alto, me lo entregaron en seis días y empecé a conseguir los materiales tubos, balines, codos y con pedazos de cable eléctricos hemos hecho llegar el agua a otros hogares”, detallo Izaguirre.
“Dijeron unos ese pozo no sirve con nada se seca porque aquí han hecho unos que con nada se secan, este pozo desde el primer día le puse la bomba a funcionar durante 12 horas, entre más le sacaban agua más echaba, vinieron unas personas en carros con tanques que agarran 2200 litros de agua, dijeron que lo iban a secar y más bien se cansaron de jalar agua ese día sacaron 15 mil litros de agua”, aseguró orgullosamente el veterinario.
Dicho pozo brinda el servicio de agua desde el mes de mayo del presente año y el agua esta certificada para el consumo humano. El pozo funciona de manera manual y eléctrica, abastece a seis familias directamente y de manera indirecta a muchos vecinos que llegan con sus recipientes a recoger agua al pozo bautizado como “Pozo de Jacob”.
De acuerdo con Izaguirre, aun hace falta el pulido y cable eléctrico, y cancelar una deuda en la ferretería en donde saco crédito para comprar los materiales.
Solicitud de ayuda para solventar la falta de agua en la comunidad
Para Izaguirre la etapa siguiente es la mas importante, pues hay que gestionar no un pozo, si no que una microcuenca. “Las montañas se están secando es por ello que se debe pensar en la perforación de los pozos, uno puede andar buscando por todos lados, pero hasta la fecha, no he encontrado una institución que nos apoye”, puntualizó el veterinario.
“Nosotros no tenemos dinero para una microcuenca, pero somos gente de trabajo, respondemos con nuestras manos… según escucho las informaciones hay dinero para estos temas, recordemos que el agua es vital para la agricultura, pero como uno es pequeñito viene de abajo a uno no le escuchan, yo lo que puedo es tirar esta información por los medios de comunicación para que así tal vez ponen cartas en el asunto y dar una solución a la comunidad, lo que les puede solicitar es apoyo para esta comunidad” señaló.
Izaguirre aprovechó para denunciar que a su comunidad no han llegado ayudas gubernamentales en el marco de la epidemia por COVID-19. “La comunidad aquí todos somos pobres, ahorita este virus nos ha matado porque escuchamos la información por los medios de comunicación donde dicen no se mueva de su casa que lo van a visitar las autoridades y aquí nadie nos ha visitado, vivimos por pura misericordia de Dios”.