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Lo perros del imperialismo

Escrito por: Ronnie Huete S.

Periodista internacional

Son diversos los peyorativos del presidente de los EUA, Donald Trump para referirse a la comunidad árabe musulmana, latinoamericana y caribeña que vive en ese país norteamericano y que en ocasiones su discurso se introyecta en algunos ciudadanos de ese país. 

La intención de construir un parque para perros para desalojar a un grupo de personas de origen latina y caribeña es parte de ese odio visceral fascista que existe en el país de los Spa para mascotas.    

Washington DC, 29 de junio de 2019. Las aberraciones del capitalismo en la posmodernidad actual no tienen límites. 

Pese a que el acceso a la salud y a la educación es una de las principales carencias en los Estados Unidos de América (EUA), los perros o las mascotas de esa nación norteamericana parecieran tener resueltas sus necesidades antes que los humanos. 

La crisis de salud es tal, que las personas de la tercera edad en los Estados Unidos se ven obligadas a viajar en fuertes grupos para adquirir el medicamento en su vecina Canadá, puesto que el alto costo de la medicina es un lujo impagable para los propios ciudadanos estadounidenses, quienes se vuelven las primeras víctimas del sistema económico inhumano, que los mantiene sometidos en un eterno yugo, sin embargo como lo describe el lingüista estadounidense Noam Chomsky, “no saben que no lo saben”. 

El Distrito de Columbia (DC) que conforma la capital de los EUA, existe un barrio popular llamado en inglés como “Mount Place”, situado en el noroeste de la capital estadounidense. 

En este popular barrio conviven personas de diversas culturas como la afro-estadounidense, angloestadounidense latinoamericana y caribeña, entre otras que dan un ambiente de aparente convivencia y tolerancia a la pluriculturalidad del barrio. 

Sin embargo, recientemente converse con una organización llamada Trabajadores Unidos de Washington DC, cuyo trabajo es defender los derechos civiles de la clase obrera que habita en DC y describieron que el racismo todavía permea en la mente de algunos de sus habitantes. 

En una de las zonas de este barrio popular de DC existe un lugar conocido como la “esquina” en donde hacen vida social los latinoamericanos y caribeños que viven en la zona. 

En la “esquina” juegan damero y conversan de como luchan por sobrevivir, en una sociedad tan racista, cuyo rostro siempre lo han disfrazado con una sonrisa, haciendo alegoría a la hipocresía que caracterizaba a los gobiernos de los EUA antes de que llegara el controversial Donald Trump, quien se quito la máscara de la hipocresía racista anglosajona. 

Volviendo a Mount Place, al lugar que es conocido como la “la esquina” se reúnen día a día alrededor de 30 personas de origen latino o caribeño, es muy común verlos reír o con el rostro desencajado, preocupados por la situación en la que se encuentran como inmigrantes y que ahora los augurios de masivas deportaciones de parte del Donald Trump, resuena en sus pensamientos. 

Una tarde visite a la “esquina” me presente como periodista internacional, pero el temor que tienen por su estatuto legal es tal, que prefirieron omitir sus nombres al momento de hacer la entrevista y tampoco se me autorizo para captar fotografías del lugar. 

Bajo el intenso verano de 35 grados centígrados (90 grados F.) pernoctan en esa “esquina” en medio de un basurero que improvisan como mesa para jugar damero u otro popular juego de mesa, condiciones indignas que los mantiene en ese sitio con la esperanza de mejorar sus vidas. 

Mientras otros observan con pasión el juego, esperando que sea su turno para participar, otros mantienen grandes discusiones de como el trabajo, la vida y los gastos en una de las ciudades más caras del mundo, consumen su vida. 

Muchos de los que están ahí no tienen en donde vivir y la mayoría vive en condiciones de hacinamiento, puesto que conviven hasta 8 personas en un cuarto, cuyo tamaño está hecho para que sea habitado por una persona. 

Obligados a vivir hacinados por el alto costo de alquiler de vivienda en Washington DC, en donde el más barato de los costos oscila entre 700 a 900 dólares mensuales por la renta de una habitación, los de la “esquina” han optado por vivir hacinados para poder sobrevivir y ayudar a los suyos en la región latinoamericana y el caribe, a través de las remesas que envían. 

Esta comunidad se lleva en la “esquina”, ya que es un punto clave para enterarse de un trabajo que puedan realizar o hacer los respectivos contactos de como afianzarse en un trabajo permanente, ya que generalmente realizan diferentes trabajos en un solo día, ya que no tienen un trabajo fijo.

 La situación de su estatus legal en la ciudad de DC que es conocida como ciudad santuario, aminora un poco sus preocupaciones, pero la amenaza de la policía del hielo (Policía de migración) es latente, bajo la corriente fascista del gobierno actual de los EUA, que ve como enemigo publico a todo humano que no sea de origen anglosajón. 

Sin embargo, ciertos vecinos del barrio Mount Place en DC, se quejan de que las personas que pernoctan en la “esquina” se lleven allí por lo que lo consideran como un problema de estética para el barrio, algunos se han atrevido a decir que el barrio luce feo y marginal al ver a esas personas ahí. 

Por tal motivo un grupo de vecinos que se oponen a que los inmigrantes pernocten en la “esquina” están pujando por un proyecto urbano que consiste en la creación de un parque para perros en el lugar en donde socializan los latinos y caribeños. 

Si se logra finalizar está obra para beneficiar a las mascotas de los anglosajones del barrio, prohibirían que los humanos nacidos en el resto del continente americano se llevasen en la zona.

Ante este proyecto inhumano, Trabajadores Unidos de Washington DC está planteando una solución digna para los humanos que pernoctan en la “esquina”, y es la creación de un parque con área verde y bancas, para que los latinos y caribeños puedan estar ahí en condiciones de mayor dignidad. 

“Aun se están haciendo las tramites correspondientes con las autoridades que gobiernan en el Distrito de Columbia para hacer la construcción de este sitio público, con el propósito de hacer conciencia de que toda la humanidad merece ser vista con dignidad e igualdad, esperamos que la idea de construir un parque para perros, solo se resuma en una mala intención” afirmó la organización de Trabajadores Unidos.    

Está sigue siendo en esencia la realidad de los EUA, como sí todavía se viviera en el siglo XIX en el auge del esclavismo. 

Pareciese que los antepasados de algunos anglosajones aun mantienen en sus mentes ideas arcaicas sobre la creencia de que la supremacía blanca es la encaminada por la “divina providencia” a llevar los designios de una nación, cuya construcción fue hecha con la sangre de los esclavos africanos que fueron desterrados de sus tierras. 

De efectuare este desalojo a las personas que se llevan en la esquina, para construir un parque para perros, sin duda marcaria el inicio de una guerra racial cuya concepción científica o social no tiene sentido alguno, ya que científicamente las razas no existen, ni tampoco los colores de piel, puesto que la única raza en la tierra es la humana. 

Sin embargo, esta idea desfasada aún se mantiene en vigencia y solo describe la incultura y la ignorancia de la que son víctimas algunas poblaciones de esta gran corporación conocida como los Estados Unidos de América.

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