Por: Víctor Manuel Ramos
Luego de que Fidel y los barbudos llegaran a La Habana, escoltados por la multitud, mientras el tirano Fulgencio Batista había huido, decidió trasformar el edificio de 25 pisos, forrado en mármol, ubicado frente al Malecón y la estatua ecuestre de Antonio Macedo, en el Hospital emblemático de Cuba: el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, que se convertiría en la niña del ojo del Comandante. Los cuatro Hermanos Ameijeiras fueron héroes de la lucha contra Batista. Fue «creado por la revolución para brindar al pueblo una atención en el ámbito de los mejores centros de su clase en el mundo».
Ese imponente edificio fue construido durante la tiranía de Batista con el fin de ubicar ahí al Banco Nacional de Cuba. Fidel, pensando siempre en el bienestar de su pueblo que accedía a su plena liberación, decidió que en la nueva etapa revolucionaria de Cuba, era más importante instalar un nuevo Hospital con todo los adelantos de la ciencia Médica del mundo y ponerlo al servicio de la salud de los cubanos. El Banco Nacional podría esperar en su sede tradicional.
El Hospital Hermanos Ameijeiras –no Almejeiras como dicen los cubanos y de lo que se quejaba el mismo Fidel- es un importantísimo hospital de referencia de toda la Isla, cuenta con una buena cantidad de quirófanos y un equipamiento que lo colocan en uno de los nosocomios más importantes y con alta calidad científica en toda América. Es además un centro educativo en el que se forman técnicos en salud y especialistas, cubanos y extranjeros, de muy alta calidad profesional en todas las áreas de la medicina.
Mientras yo hacía ahí mi especialidad en Anestesiología, Reanimación y Dolor, vi, en innumerables ocasiones, llegar a Fidel para supervisar el funcionamiento del Hospital, para dar instrucciones si era preciso paliar alguna deficiencia de equipo o para visitar enfermos.
Honduras es un país con alto índice de morbilidad. A pesar de eso, el sistema sanitario nacional está en completo abandono. El presidente prefiere invertir en miliares y no en el bienestar delos hondureños. El Instituto Hondureño de Seguridad Social, ya los sabemos, fue saqueado para financiar l campaña electoral de JOH, y la institución aún no se repone de tan abusivo saqueo, de tal manera que no puede, aún, brindar los servicios que la población asegurada demanda. El sistema de salud pública es otro chasco. No hay suficiente personal, no hay medicamentos, no hay capacidad para operar a los miles de ciudadanos que requieren ser intervenidos quirúrgicamente, no hay instrumental, no hay instalaciones adecuadas,… El Hospital Escuela se cae a pedazos.
Pues bien, el señor JOH está construyendo, con los fondos de las pensiones de los maestros y de los empleados públicos dos torres, de más de veinte pisos, para albergar ahí a los empleados públicos y para instalar su oficina por el largo tiempo que, según sus deseos, permanecerá al mando de este país en miseria, militarizado, humillado y ultrajado por los norteamericanos que han convertido en el remedo de presidente que tenemos en un auténtico lamebotas, so pena de ir a parar en las cárceles norteamericanas si no accede a las exigencias absurdas de los amos del Norte.
Por tales circunstancias, y dado que el Hospital Escuela esta instalado en una edificación que, por no recibir el adecuado mantenimiento, está en total ruina y no puede satisfacer las demandas de los humildes y desheredados enfermos que son la gran mayoría de nuestro pueblo, personalmente creo que en vez de dedicar las construcciones destinadas a los burócratas, esos edificaciones deben transformarse en El Hospital Escuela Univesitario y ahí alojar todas las facultades y carreras destinadas a formar profesionales para atender la salud el pueblo hondureño.
Hago un llamado al pueblo hondureño en general y a las organizaciones populares, a la Bancada de Libre en el Congreso Nacional y de los demás partidos en oposición para que demos una batalla sin fin, organicemos una coalición de fuerzas populares, hasta que tengamos, en esos edificios que JOH ha pensado para la burocracia, el Hospital que merece nuestro pueblo y las instituciones universitarias que formen a nuestros médicos, odontólogos, microbiólogos y demás profesionales necesarios para hacer de los hondureños un pueblo sano y próspero. 13 de marzo de 2019.