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Corrupción bipartidista y la crisis energética en La Ceiba

Por: OFRANEH*

La Ceiba, 12 de Julio del 2018.- Desde el año 1994, Honduras enfrenta una crisis energética permanente, manejada a bneficio de la élite de poder, la cual como de costumbre se ha lucrado y en muchas ocasiones han provocado la insuficiencia en la producción energética en Honduras.

En 1993 cuando trascurría la etapa final del gobierno de Rafael Callejas, la represa hidroeléctrica del Cajón efectúo una serie de descargas, sin que existiera ninguna necesidad; generando de esta forma una crisis energética en Honduras, afectando a la población en general y la posterior administración gubernamental de Carlos Reina. El gobierno de Reina se vio obligado a firmar contratos leoninos a empresas termoeléctricas para subsanar la crisis artificial, la que posteriormente fue exacerbada por el fenómeno del Niño el que se prolongó hasta 1998.

La crisis energética que se dio entre 1994 y 19 98, se convirtió en un una mina de oro, para grupos afincados en la estructura de poder bipardista, haciendo uso de una de las más contaminantes fuentes de energía como lo es la termoeléctrica agravada por a utilización del bunker c, uno de los combustibles más contaminantes del planeta.

La llegada del huracán Mitch en 1998, además de demostrar la fragilidad ambiental del país, pasó a ser lo que se puede considerar el inicio de los efectos del cambio climático en el istmo centroamericano. La destrucción que causó hace 20 años El Mitch en Honduras, lastimosamente no sirvió para crear conciencia entre la población y mucho menos entre la élite de poder sobre la grave situación que confronta el país en relación al Cambio Climático. Durante años el centro Tyndall for Climate Change ha considerado a Honduras como uno de los países más afectados por las consecuencias del cambio climático. Sin embargo hasta la fecha no se han tomado las salvaguardas necesaria para confrontar el calentamiento global, ya que para los gremios empresariales y políticos es más lucrativo los desastres que la implementación de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático.

El municipio de la Ceiba, se encuentra ubicado en un paraje de una enorme biodiversidad, que ahora se ve amenazada por la instalación de una generadora termoeléctrica, aparentemente impulsada por un grupo de empresarios afines a las familias que se han visto beneficiadas del saqueo de las instituciones nacionales. El próximo jueves se dará un cabildo abierto convocado por la municipalidad, para ventilar la instalación de un complejo de generación termoeléctrico entre las comunidades Garífuna de Sambo Creek y Corozal, supuestamente para suplir la insuficiencia energética de La Ceiba.

La raíz de la problemática energética en Honduras gira alrededor de la ENEE y la enorme corrupción afincada en esa dependencia estatal, la que a pesar del alto costo del kilovatio a los abonados, se ha convertido en una de las instituciones donde la corrupción pulula de forma abierta,  través del otorgamientos de contaros de producción energética, sin licitación alguna.

El nacionalista Luis Cosenza, en un artículo publicado en fecha reciente, hace un análisis sobre la ENEE y su corrupción señalando que “la Administración promulgó una nueva ley para el sector eléctrico, y esa ley estipula que las contrataciones para la compra de energía y potencia deben hacerse al amparo de licitaciones públicas. Pues bien, la ley se aprobó en enero de 2014, pero no fue publicada por el Presidente hasta en junio de ese año. En esos seis meses se adjudicó un gran número de contratos, sin licitación, y con base en tarifas arbitrarias. De hecho, de allí resultaron los famosos contratos para el suministro de energía fotovoltaica con tarifas de quince, y hasta dieciocho, centavos de dólar por kilovatio-hora”.

Existen además contundentes estudios publicados por el BID, los que demuestran como los costos de la energía eólica y solar han descendido hasta el punto que es más barata hoy en día las fuentes de energía realmente limpias, que la termoeléctrica e hidroeléctrica. La instalación de una planta termoeléctrica en tierras que ancestral mente pertenecieron a los Garífunas, coloca en riesgo la salud de nuestro pueblo y de los bosques que hemos cuidado con esmero en la Cordillera Nombre de Dios, que de instalarse la planta serán afectados por la lluvia ácida.

* Organización Fraternal Negra Hondureña

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