Por: Carlos Méndez
En la Honduras amada, la de ayer y hoy, casi siempre fue gobernada por caudillos montaraces, con cerebro corto, pero de armas tomar para asaltar el poder cada vez que lo necesitasen. Los conservadores se identificaron desde la época post independista con un mañoso formato del uso del poder para satisfacer sus ambiciones personales, familiares, de compadrazgo o grupos de hacendados, para terminar bajo los designios de intereses extranjeros como el gobierno británico primero y después el imperio estadounidense.
Los conservadores nunca dejaron una huella que merezca ser reconocida con orgullo por nuestro pueblo. Por eso, y con mucha convicción, hasta hoy, son enemigos de todo cambio social político o económico en favor de sus gobernados.
Por otro lado, sin embargo, en ocasiones hubieron relámpagos de luz como los provenientes de la Ilustración que desencadenó la revolución liberal francesa de 1789, en un movimiento de pensamiento libertario universal que se propagó por todo latinoamerica y que parió a patriotas o hijos ideológicos como Francisco Morazán, José Cecilio del Valle, Dionisio de Herrera, Trinidad Cabañas y otros que gobernaron Honduras con otra visión mas humanista. Infortunadamente su osadía por construir una patria libre les pudo costar la vida como a Francisco Morazán el unionista de Centroamérica que terminó siendo asesinado por los conservadores.
Los gobernantes conservadores que ha tenido Honduras, y que más adelante formalizaron o se legalizaron como Partido Nacional y Partido Liberal,sin olvidar las propias Fuerzas Armadas impunes, son marcados, además de su vocación violenta de asalto al poder, también por hacer de la corrupción y la impunidad, parte de sus convicciones y “valores” de vida. En esa hoja oscura con mas de 180 años para vergüenza de muchos, está el significante de utilizar, el, o los gobiernos y sus estructuras, para servicio del crimen organizado en donde se estrenan por primera vez, recios caudillos como Tiburcio Carias Andino y su dictadura de 16 años completos. En el libro “Probidad y Ética en las políticas Publicas. Caso de Honduras”, divulgado en 2001 por Foprideh (Federación de Organizaciones Privadas de Desarrollo), nos relata de cómo el dictador Carias, usó las estructuras del gobierno al servicio del crimen organizado para traficar drogas hacia New Orleans en favor de las mafias. Según el libro de Foprideh, autoridades de Narcóticos estadounidenses investigaron al sátrapa, encontrando, asómbrese usted que, Él mismo, autorizaba embarques de cocaína y morfina por medio de la linea aérea TACA hacia el país del norte. La oficina de Narcóticos de USA encontró que el mercado de la droga floreció entre 1930 y 1932 bajo el régimen de Carías.
Pero en donde los ultra conservadores dan un golpe de timón elevado a los 300 grados, multiplicado por n, es el haber convertido en un “Narco Estado” a este desgraciado pais, dicho así textualmente, con pruebas y sin ambages, por la Fiscalía de una Corte en el Distrito Sur de New York y por medios internacionales de prensa de renombre mundial.
En resumen, pues, los “gobernantes” conservadores de ayer y hoy, están tocados para maldición de todo un pueblo, bajo un paradigma que les es común: la corrupción e impunidad con un despunte dramático e inédito al final de la segunda década de este siglo,al haber convertido a la nación en una plataforma letal del narcotráfico y algo más o peor.
El escritor hondureño Rafael Heliodoro Valle dijo una vez que “La historia de Honduras se puede escribir en la gota de una lagrima”.
¡Ay!, Heliodoro, !Cuanto duelen tus palabras!