Por: Alex Palencia.
Eduardo Galeano contaba que una vez lo invitaron a dar una conferencia a trabajadores de la construcción en España, al terminar la conferencia se le acercó un joven que muy entusiasmado le saludo:
El joven: “Hola señor Galeano, es una alegría para mi conocerle, hace tiempo que soñaba con este momento”
Galeano: “Buen día joven ¿Cuál es tu nombre?”
Joven: “Alberto, para servirle”
Y luego la pregunta obligada a quien recién conocemos:
Galeano: “Alberto! Y dime ¿Cómo están tus padres?
Joven: “Bien gracias; precisamente de ellos quería hablarle”
Galeano dice que se asustó un poco, porque siempre que alguien le hablaba de sus padres, era para ir a conocerlos, firmarles autógrafos en la contra tapas de los libros, y eso se convertía muchas veces en un gran rollo, que nunca se sabía en qué iba a parar, aun así; este dudativo y nervioso le pregunto al joven Alberto:
Galeano: “y dime hombre ¿Qué me queréis decir de tus padres”
Joven: “a don Eduardo, resulta que soy también ateo como usted”
Galeano: “así, como llegaste a eso muchacho”
Joven: “¡Por mis padres!”
Galeano: “ah ya, tus padres también son ateos”
Joven: “No señor Galeano!”
Galeano: “no entiendo como al fin que llegaste a semejante verdad”
Joven: ”resulta señor, que mi padre es albañil, y mi madre ama de casa, ella es muy religiosa, le reza a sus santos y a la virgen todos los días; y mi padre no es nada religioso, blasfema todo el tiempo, y tiene una idea muy mala sobre los religiosos. Eso en mi dolencia me tenía muy confundido y frustrado pues, no hallaba a quien creerle, por una parte mi madre gran creyente y por la otra mi padre no creía en Dios ni en los santos”
Galeano (intrigado y sin saber a donde quería llegar el joven): “menudo problema tenías… no lo puedo imaginar ¿y al final como lo resolviste?
Joven: “pues un día fui a la cocina y le pregunte a mi madre ¿mama quien creo al mundo? Y ella me respondió muy segura de sí misma: pero que pregunta hijo ¿pues quién? Sino es, diosito lindo, todo lo que ves lo creó Dios hijo, eso ni se pregunta”
Galeano: “mira qué casualidad Alberto lo mismo decía mi madre”
Joven (interrumpiendo a Galeano): “luego fui a la sala en donde mi padre estaba como todo el tiempo leyendo un viejo y destartalado libro, y le hice la misma pregunta: padre dime la verdad, ¿quien creo el mundo? Mi padre dejo de leer su libro, me miró fijamente mientras decía: ¿Qué pregunta es esa Alberto? Joder ¿Como que quien creo el mundo? ¡PUES; NOSOTROS LOS ALBAÑILES!”
Galeano: “entiendo”
Joven: “señor; desde entonces soy ateo como usted”
Fin.