sábado, julio 20, 2024
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Almagro arremete en contra de Cuba

Por: Víctor Manuel Ramos

Míster Almagro, Secretario General de la OEA, el Ministerio de colonias de Los Estados Unidos, ha escenificado un sainete en la sede de esa organización representativa de los intereses hegemónicos de USA sobre América Latina, la América Nuestra como la llamó José Martí.

La reunión a la que me refiero trató sobre el referéndum que la República de Cuba realizará próximamente para decidir si se acepta y ratifica o no el proyecto de Constitución que ya fue sometido a amplio debate en el seno de todas organizaciones políticas y sociales de la Isla.

Cuba no es miembro de esa grotesca institución que dice representar los intereses de los países del continente Americano y que es profesante de un panamericanismo engañoso, como lo advirtieron Simón Bolívar, Rubén Darío y José Martí.

Cuba fue expulsada de la OEA, porque no se sometió a los dictados del gobierno estadunidense que ha hecho lo posible y lo imposible, sin éxito, por desestabilizar al régimen socialista de Cuba, incluidos: intentos de magnicidios, terrorismo en contra de las instalaciones agroindustriales de la Isla, colocación de bombas en aviones con grupos de deportistas a bordo, bloqueo criminal, negativa a entregar el territorio de Guantánamo en donde sostienen un base militar de tortura de manera ilegal.

Cuba salió expulsada de ese antro de sometimiento a los países latinoamericanos y decidió no volver a su seno. No son pocos los llamamientos para que se reintegre, pero poner atención a esos cantos de sirena es volver al redil pues ahí, Los Estados Unidos querrá aplicar, de manera arbitraria, porque ese gobierno es el amo de esa organización, la cacareada Carta Democrática de Las Américas, que solo es válida cuando se trata de gobiernos que se salen de la órbita del sometimiento y la humillación que dirige el gran Estado del Norte.

Por eso, la OEA no está autorizada para meter sus narices en los asuntos cubanos. Cuba no pertenece a esa organización ominosa y Mister Almagro, sometido totalmente a la obediencia al imperio, no tiene absolutamente nada que ver con los asuntos que únicamente competen a los cubanos, a la Cuba que dijo no al imperialismo y que superó 50 años de una falsa independencia, de sometimiento a los designios yanquis y se liberó a partir del memorable 1 de enero de 1959, tras una desigual batalla liderada por Fidel Castro y el Movimiento 26 de julio.

Porque parece que Mister Almagro padece al amnesia, no está de más recordarle el triste papel escenificado por la OEA cuando Guatemala fue sometida, inicialmente, a una guerra de mentiras orquestada y dirigida por Mr. Dulles, Secretario de Estado, a la cual le hacían coro los países domesticados de América Latina, con la excepción digna de México que se plantó en su teoría de El derecho ajeno es la paz y en el principio de no intervención y de libre autodeterminación.

Después, Los Estados Unidos, con el aplauso de los países humillados del Sur de América, auparon y palmotearon cuando Los Estados Unidos puso su bota criminal en territorio Guatemalteco, para asesinar a ese pueblo.

Guatemala no se ha recuperado, desde entonces, de la desgracia que implantó yanquilandia con el cuento de que luchaban por la democracia. Las tropas que invadieron Guatemala fueron entrenadas en Honduras, país sometido a una dictadura afín a Los Estados Unidos, y fue el país anglosajón quien financió y apoyó la sangrienta invasión. Toda esta trama la narró Guillermo Toriello en su libro La Batalla de Guatemala.

Recuerdo bien cuando Honduras, sumisa y obediente, rompió relaciones con Cuba, el país con quien tenía ligazones históricas, comerciales y culturales.

Almagro, como muñeco de ventrílocuo de Los Estados Unidos, quiere su podrida democracia en Cuba y descalifica el proceso de elaboración, discusión y aprobación de la nueva Constitución del Estado Socialista de la Isla. Pretendía que Cuba solicitara la asesoría de la OEA, la asistencia de su sapiencia de traidor, para que los gringos pusieran mano nuevamente en la Isla.

Almagro, sin embargo, no plantea la aplicación de la Carta democrática en Honduras, en donde rige un gobierno resultante de un fraude electoral y que no cuenta con el respaldo de la gran mayoría del pueblo; tampoco ha movido su bocota para referirse a lo que ocurre en Haití, cuya miseria es el resultado de la intervención repetida de Los Estados Unidos en ese desgraciado país.

A la obsesión de destruir a la Venezuela Bolivariana y Chavista, Almagro ahora añade una nueva obsesión enfermiza: Cuba. Y como Cuba no es parte del redil de la OEA, nada pasará. Mister Almagro ladrará en contra de Cuba y nada más, porque quien realmente está interesado en doblegar al pueblo que sigue los ideales de Martí, del Che y de Fidel es el gobierno norteamericano y Mister Almagro solo repite como loro amaestrado lo que le dice su amo norteamericano.

Cuba, Mister Almagro, ya demostró que tiene los arranques y la valentía necesaria para resistir a los embates agresivos dirigidos, ahora, por Mister Trump.

Ud., Mister Almagro, siga en su papel de muñeco adiestrado, que Cuba no se inmuta frente a sus exabruptos de payaso de circo. Porque así como le está saliendo el tiro por la culata en Venezuela Bolivariana, así mismo tendrá un fuerte cachetón en ambas mejillas por parte del pueblo de Cuba que hace mucho decidió ser libre para siempre.

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