jueves, noviembre 21, 2024
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Lo que dice la caravana

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle*

A: Ruy y a Bartolo 

A todo el que le ayude

Estos marchantes son los caminantes que profetizaba Ruy. Se dieron cuenta que no les servía de nada marchar en Honduras y decidieron probar afuera. No recuerdo los detalles, pero fácil el más diligente los encontrará. Un día de tantos en la antigua Roma, incapaces de prevalecer en una serie de demandas para garantía de sus intereses y derechos básicos, los proletarios de la gran ciudad, los que hacían el trabajo, decidieron marcharse. Se organizaron y partieron. Pero apenas empezaron a alejarse alegremente de La Eterna cuando, recapacitando, los propietarios y patricios cedieron y mandaron emisarios a llamarlos para que regresaran, aceptando un cambio constitucional. Que la ley se escriba en forma indeleble y se publique, ¡para que no sigan inventándosela ad hoc y a su conveniencia, los poderosos! Esta es migración económica. La última gota quizás fue el desplome del precio del café, el ingreso nacional mas repartido.

Los aspectos normativos formales de nuestra degradación institucional no son su agravio primordial ni foco de atención. El gobierno quiso desacreditarla en los medios pero no trató de detenerla. Y no esta ya en sus manos por mas que lo amenacen. ¿Por que JOH no reprimió la Caravana? Creo que se anticipa a la inminente publicación de una lista de políticos, empresarios, militares y potentados corruptos que -por orden del Congreso- tendrá que publicar el gobierno de los EUA en unos días. Como no tienen que probarles nada, cualquiera puede aparecer en esa lista, ¿incluso la fundación de Ana García? La Caravana grita fuera joh por reflejo no porque entienda. No protesta directamente el autoritarismo y la corrupción. Solo es una consecuencia más de esa forma de gobierno. Los funcionarios del régimen incluso se sorprenden y se resienten. ¿Acaso simpatizan? ¡Hay que respetar!

Da la misma risa que vaya a la OEA, Oliva a decir que ellos (los cachos) no pueden violar los derechos de los migrantes que han comenzado una avalancha, como escuchar a Pence quejándose de que el Estado de Honduras afrenta a la soberanía de y a los propios EUA, rehusándose a reprimir la Caravana. También es cómico que nos amenacen con ya no darle a JOH bombas y balas. Y la Ministra Tabora se ríe también, acaso sin saber que más.

Porque no es cierto que le importen un bledo a Oliva los derechos de los hondureños de a pie, o no hubiera dirigido las operaciones de saqueo de las instituciones que deben satisfacer sus derechos básicos. Ni puede reivindicar soberanía y respeto a su nación, la oficialidad estadounidense que tan flagrantemente ha atropellado la soberanía de Honduras, como de tantos países hermanos. Una Unión que ha sido sentenciada, sin reconocer ni pagar la condena, por las cortes mundiales de violar el derecho internacional, que alentó y luego amparó las dictaduras de los 1970s, las guerras sucias de los 1980s, las imposiciones del Consenso de Washington en los 1990s y las intervenciones de nuevo cuño que incluyen al golpe de estado de 2009. Un país que predica contra los cambios de las reglas de elección desde el poder, como antidemocrático, pero vino a aquí a amparar y a afianzar los patentes fraudes de JOH. Y ahora quiere echarle toda la culpa al títere de las consecuencias de las mismas políticas neoliberales abusivas que le imponen y son las que han fracasado.

No se puede hoy, estar con dios y con el diablo, quien era su más cercano colaborador antes de la caída. Lo que la Caravana expresa, de una manera prístina que no pudieron ni las elecciones intervenidas, ni las movilizaciones combatidas mediaticamente como irracionales es el fracaso del régimen y rechazo del pueblo a soportar mas las consecuencias. A aguantar más. ¿Se harto Ud.?

Deberían de estudiar más los estadounidenses que disponen de toda la información en sus consulados y sus agencias migratorias. No son tres mil ni tres mil quinientos los hondureños que quisieran irse hoy a EUA, aunque fuera caminando. Son todos. Los ricos y los pobres y los de clase media. Los hijos de los magnates acosados, los mecánicos y los profesionistas que no ganan lo que invierten, los propietarios de fincas familiares compartidas, los operarios y obreros mejor calificados, que saben que allá su trabajo vale mas y los miserables que aunque vayan a limpiar letrinas entienden que, entonces sí, van a poder construir aquí las casas que solo tienen los narcos y los remeseros. Van a poder comprar sus carros y televisores y hornos y joyas y suplementos medicinales, porque aquí ni aspirinas hay en los hospitales. Van a mandar sus hijos a los colegios que aquí no hay simplemente. Eso dicen las encuestas que desde hace años se repiten con la ilusión de que va a cambiar alguna vez su resultado. No es de Cuba que se quieren ir solamente, si no de todo este desastre. Nadie teme el horror porque ya es peor quedarse. (Cuál sueño si son pesadilla la bestia y los zetas, la migra y los sheriffs.). 

Todos quieren irse, menos la ínfima minoría arraigada a la tierra y cultura, esos indios a los que les están queriendo arrebatar sus ríos y mares y tierras y aires. De tal forma, me dice un magnate amigo viéndome a los ojos que, si no hubiera costo ni obstáculo, el país se vaciaba en unas horas, desde hace tiempo. No es solo el golpe en si, ni únicamente el continuismo cínico, la reelección de JOH ni es la sinverguenzada y la prepotencia de los cachurecos únicamente, no es solo el fraude electoral que por supuesto indigna y el apoyo para esa burla, igual de la UE y de la Casa Blanca, de la derecha mundial y de otros que no son de derecha. Esta bien que lo digan los políticos, para fines pedagógicos o demagógicos pero a quienes tampoco importan nuestros derechos democráticos, aunque se diga lo contrario, ni respetan los de los suyos. La gente entiende que es por el régimen…Pero no son las formas de la ley trascendente, ni aunque las griten con emoción, las consignas sonoras, ni las doctrinas, las que la mueven caminar .

Ni es únicamente por la falta de empleo o valor del salario. Son las consecuencias inminentes integrales de esa inopia. De esa quiebra de la economía y de la institucionalidad, esa transparencia de la arbitrariedad en el sistema de justicia, en manos de políticos irresponsables, los resultados destilados de la corrupción y el entreguismo. Son las manifestaciones cotidianas de la perversidad sistémica. La realización de que, como dicen varias canciones, aquí no se puede vivir. Yo no quiero irme por nada del mundo. Nunca quise quedarme allá. Hace frío. Pero entiendo que se van por razones sencillas.

Porque aunque tenga uno aquí con que, sueldo o el ingreso de una pequeña empresa, no alcanza nunca. Posesa de profunda angustia, la gente se deprime, se desconecta por la razón equivocada, la desesperanza. Se va porque irse es darle la espalda a la congoja de la frustración cotidiana que se acumula y permite recrear ilusión.

* Historiador. Ex Secretario de Cultura, Artes y Deportes.

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