Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- La migración continúa siendo uno de los problemas sociales más frecuentes en el país. Un total de 3526 estudiantes decidieron cancelar su matrícula e ir en busca de mejores oportunidades en el año 2018, según el Sistema de Administración de Centros Educativos (SACE), respondiendo a una solicitud de información realizada por el equipo de investigación de Conexihon.
Los cinco departamentos que registraron la mayor cancelación de matrícula, son Cortés, considerado el más peligroso del país, migraron 645 estudiantes, de la costa norte en Atlántida 412, Yoro registró 334 alumnos, seguido de Comayagua con 328 y Francisco Morazán con 319 donde se ubica la ciudad capital Tegucigalpa.
El investigador Tomas Andino explicó que, “las ultimas caravanas de migrantes tienen un alto número de jóvenes migrando casi el 40 por ciento, la gente de la zona norte tiene mayor acceso a la ruta que están tomando los migrantes que van por tierra”.
Cabe destacar que, las caravanas del 2019 fueron convocadas en su mayoría a salir de Cortés en la terminal de San Pedro Sula y las personas expresaban que la falta de oportunidades de empleo, pobreza, violencia los obliga a irse del país que los vio crecer.
El 60 por ciento de la población vive en pobreza y el 45 por ciento en condiciones de pobreza extrema según cifras oficiales.
Finalizando los estudios no hay oportunidades
“Los jóvenes se dan cuenta que al finalizar sus estudios no hay oportunidades de trabajo porque prácticamente están estudiando para algo irreal y están viendo que al salir del país pueden conseguir mejores oportunidades”, agregó Andino.
Además subrayó, que el ausentismo (La ausencia) escolar en el año 2017 fue de 13 mil y en el 2018 de 17 mil, hay índices de no matricula que están aumentando, en el 2018 la deserción de estudiantes de primaria y secundaria es de 7462 estudiantes y del acceso a educación que tenemos es que el promedio que duran los estudiantes en las aulas es casi cinco años, cuando lo obligatorio es de 13 años.
Otro dato que recalcó el analista, es la cantidad de centros educativos sin energía eléctrica en el 2014 era de 43.4 por ciento de los 18 mil centros educativos, “como casi ocho mil centros no tenían energía, también el 18 por ciento no cuenta con servicio de agua potable, casi una quinta parte no tenían este vital líquido”.
Sin embargo, la falta de inversión del gobierno en la educación que ha disminuido, esto desmotiva a los estudiantes en ir a la escuela ya que no hay condiciones adecuadas, sin embargo se invierte más en seguridad y defensa pero los índices de violencia y criminalidad siguen siendo altos.
Migran en busca de empleo
La profesora Claudia Mejía, con 25 años en esta labor educativa, aseguró conocer varios estudiantes que se han ido. “La mayoría es porque tienen un familiar y los mandan a traer, me he dado cuenta que han llegado gracias a Dios y conozco a dos que no han llegado, ellos viven en condiciones de pobreza y cuando se van dicen que no van a ir a estudiar sino a trabajar”.
Del mismo modo, señaló que “no tienen seguridad alimenticia y de trabajo, la inseguridad que viven los jóvenes que en cualquier momento los matan o los asaltan y la inseguridad de los padres de no tener trabajo y no poderle dar muchas veces para el transporte para que lleguen”.
Mejía concluyó denunciando al Estado, por tener como políticas criminalizar a los jóvenes “por ser pobres” y no brindan condiciones adecuadas para la educación, que debería ser pública y desertar porque tienen que ir a trabajar.
“Antes en el área rural lo que se miraba es que en periodo de cosecha los jóvenes no van a clases por trabajar y en invierno cuando no llegan es porque el rio crece, pero ahora lo que se mira es que mejor migran y ya no se quedan trabajando sus tierras”, puntualizó la docente.