Guanaja, Islas de la Bahía. – (Conexihon). –El día sábado 2 de octubre de 2021 casi a las 3:00 de la madrugada en el Cayo Bonacca un pueblo sobre el mar, en Islas de la Bahía se despertó con las voces de alarma del fuego de ágilmente se extendía en la zona de Fire Point o Punta Caliente.
El área que fue afectada por el voraz incendio supera el 45 por ciento del Cayo Bonacca y dejó alrededor de 119 casas con pérdida total, 157 casas con daño parcial a severo, lo que representa más del 52 % de la población, donde se condensa el grueso poblacional del cayo.
The Cay Bonacca, o el Cayo Bonacca forma parte de la Isla Guanaja una de las Islas del departamento insular de Honduras, está situada a unos 70 kilómetros de la costa norte de Honduras.
Es el Cayo principal es el corazón político y económico, de la Isla de Guanaja, que a pesar de superar en tamaño está casi deshabitada, por lo que la mayoría de los trabajadores cruzan unos 300 metros marítimos para la atención de sus necesidades básicas, principal productor de ingresos en la región es el trabajo en los barcos de pesca que trabajan de siete a nueve meses al año fuera de sus casas y el país, después el empaque de mariscos por tres meses.
En este islote, que mide aproximadamente 0,6 kilómetros de ancho, reside la mayoría de la población de todo el municipio de Guanaja, es aquí donde se encuentra la sede de la corporación municipal, el único banco, el centro de salud metropolitano, dos centros comerciales de abasto y el único colegio público con bachillerato.
El origen y propagación del incendio
Las autoridades han dado un informe oficial sobre la causa del incendio fue una vela, aunque se especula que el fuego fue ocasionado por un accidente de una pobladora que se alumbraba con la luz de una candela, también el hecho ocurre un día después de incorporar nueve inmuebles a la Zona Especial de Desarrollo (ZEDE) en la ciudad de Choloma, también conocida como ZEDE Morazán, la publicación despertó mayores temores en la población pues se estima que Roatán y otros sectores del departamento podrían también convertirse en una ZEDE.
La catástrofe, señalaron pobladores afectados, a Conexihon, es comparable solo con los estragos que dejó el huracán Mitch en 1998 en esta misma zona, donde a pesar de la vulnerabilidad tras 20 años no se cuenta con un equipo de bomberos, un sistema de organización estatal o poblacional frente a los inminentes riesgos o inclusive servicios básicos, profundizando la desigualdad social, precariedad económica, entre otros problemas sociales como la violencia intrafamiliar, analfabetismo, consumo de alcohol y drogas.
La propagación del incendio se atribuye a las características de las viviendas que fueron construidas con madera y materiales reciclados o de deshecho, altamente flamables, muchas de las casas entrelazan sus paredes y techos, construidas en su mayoría sobre pilotes fijados en el suelo marino con calzadas y muelles de madera, debido a los bajos de ingresos de los moradores, excluidos del bienestar social y la atención estatal, aunado a la falta de un plan de contingencia para emergencias en especial los incendios.
En el Cayo se observa también graves condiciones de hacinamiento humano, espacios muy reducidos para la circulación, no existen carreteras, solo estrechos caminos para que los peatones y carretas puedan desplazarse, también se movilizan en los dos pequeños canales navegables solo para canoas que cruzan el cayo y un entramado de cables expuestos sin protección.
Pese a las condiciones, ninguna de las dos gasolineras y centros de abasto privados de gasolina ubicadas en el interior y las orillas del Cayo Bonacca explotaron, sino los daños hubieran llegado hasta las comunidades de enfrente en la isla grande frente los bordes costeros de Armadores o Pelican Reef, o el islote frente al costado del Cayo donde está ubicada la empresa que abastece los chimbos del gas propano para abastecer a pequeños botes pesqueros y la comunidad.
Los servicios básicos en Islas de la Bahía son en su mayoría privados, en comparación con los costos de la Honduras territorial, las empresas privadas de energía eléctrica realizan cobros hasta en un 500 por ciento más que en tierra firme y muchas las casas isleñas que aún se alumbran con luz de vela.
Descoordinación estatal
Se estima que, a una semana del siniestro, más de 2,500 personas permanecen damnificadas y aún se encuentran en recuperación, cuatro personas heridas por quemaduras, dos personas electrocutadas y una persona intoxicada por la inhalación de humo.
Actualmente la población damnificada está siendo apoyada por la población del Cayo que no fue víctima de las llamas o acomodada en los centros de educación de la isla grande, por personas solidarias de la sociedad civil y hondureños que envían apoyos solidarios desde el “departamento 19”, es decir, los migrantes hondureños que sostienen la economía con las remesas enviadas especialmente desde Estados Unidos, según los afectados, muy pocas acciones estatales han podido coordinarse hasta el momento, pese a la visita del titular del Poder Ejecutivo, Juan Orlando Hernández..
Quienes empezaron a coordinar las acciones primarias recordaron que no solo necesitan alimentación, vestuario, enseres de aseo personal, colchonetas, sábanas, bioseguridad sino también medicamentos para enfermedades de base como diabetes, presión arterial alta y baja, enfermedades coronarias, cáncer, medicamentos infantiles, además de cualquier menaje del hogar, y apoyo para la remoción de escombros, limpieza y desinfección.
En esta época de pandemia por COVID-19 la vulnerabilidad aumenta por el hacinamiento en los albergues, por la exposición a enfermedades, que suelen presentarse tras graves incendios, como las quemaduras de diversos grados, problemas respiratorios, afectaciones de la piel, y gastrointestinales, entre otras.
Necesidades olvidades
- Habilitación de una estación de bomberos que posibilite la pronta atención en emergencia naturales o accidentes y el socorro de los rescatistas del cuerpo de bomberos se retrasa por horas por el traslado ya sea en barco o avión al salir desde las ciudades Puerto de Roatán o La Ceiba.
- El Comité Permanente de Contingencias (COPECO) debe iniciar operaciones de capacitación a las personas locales, dotarlos de herramientas teóricas y prácticas para poder tener una intervención más oportuna y reducir las pérdidas en todos los niveles.
- Establecimiento de los Comités de Emergencia Municipales y Locales, los pobladores desconocían cómo hacer una cadena humana para lanzar cubetas con agua salada que abundaban a las orillas del Cayo.
- Atención psicosocial y humanitaria para las personas afectadas por el impacto de sus pérdidas, muchas de ellas solo observaban paralizadas al ver las flamas avanzar, sin saber qué hacer.
- Actualización de los planes de contingencia que incluya también un plan de construcción eco amigable más adecuado a la prevención y reducción de riesgos y desastres ya sean naturales o humanos.
- Abastecimiento y acondicionamiento del Centro de Salud, actualmente es necesario trasladarse en avión o lancha a Roatán o La Ceiba y así proveer de atención médica a las y los enfermos para preservar sus vidas.
- Incrementar la oferta de educación pública, solo existe un Colegio público, que gradúa a los pobladores en bachillerato, no existe capacitación técnica adaptada a la zona de altas posibilidades de ingresos vinculados al turismo y los servicios marítimos entre otros.
- Las cabinas y antenas de Hondutel en el Cayo llevan años sin brindar servicios adecuados, cuentan con un empleado para todo el municipio
- Establecer un programa de tratamiento de desechos. Los desechos sólidos presentan problemas con la poca periodicidad con la que el camión o lancha de la basura pasa, a su vez muchas casas vierten las aguas negras y grises directamente sobre el mar.
- Fortalecimiento de la veeduría ciudadana, según la población isleña las autoridades municipales a pesar de cumplir con su trabajo no dan abasto resolviendo los constantes problemas que al final suman al gran caos total de las carencias.
- Fortalecer la coordinación de la sociedad civil organizada, cabe destacar el esmero en las acciones realizadas por grupos organizados por organizaciones religiosas como la iglesia Católica, Adventista, Bautista, directora de la escuela pública en el Cayo y Armadores, líderes y lideresas locales isleños, caracoles, indios, garífunas, negros ingleses y misquitos, que actualmente están desvelándose y apoyando a las personas damnificadas en la gestión y distribución de las donaciones que están llegando poco.
Resumen Biográfico de la autora:
Feministas, Socialista, Escritora, Gestora y Promotora Cultural, Psicóloga, Pedagoga en educación superior, facilitadora en proyectos de orientación social, educativa y artístico-cultural. Bohemia, Activista en DDHH y LGTTTBIQ+, con participación en cambios conscientes originados en la sociedad civil, voluntaria en el ámbito del arte, psicología, desarrollo social y cultural. Gnóstica.
Obras publicadas en diarios rotativos, revistas, antologías impresas y digitales, nacionales e internacionales, publicadas en sitios web de orden artístico, cultural y de denuncia social. Mujer de ideas rizomáticas, denunciante del mal vivir, inmersa en una sociedad erotoinconforme. Amante de las tradiciones, la cultura comunitaria, la literatura, el arte en general, alma errante, nómada por pasión, de vida itinerante, sin ataduras ni anclas, vivo donde trabajo y trabajo donde vivo.