Por: Juan López*
Escribir sobre la pedagogía es atreverse a vivir en el mundo actual con un ideal que mantiene la vida en permanente tensión, siempre buscando dar pasos orientados hacia el bienestar común, guiando la vida social hacia el mundo nuevo que indudablemente existe. Partimos de unas contradicciones que nos mantienen en relaciones personales ancladas en la desconfianza y la confusión que inhibe la cohesión orgánica de la sociedad y nos proyecta hacia la comunión, la libertad social, moral y espiritual.
La raíz etimológica de la ciencia pedagógica tiene que ver con los argumentos de la filosofía griega, ubicando los vocablos “paidos” que hace referencia a persona en su condición de niña, niño, adolescente y, “Agein” que induce un movimiento, un viaje junto a otro, otras, es movimiento integral de la vida. El concepto de “acompañamiento” utilizado en nuestro contexto es apenas una aproximación al Paidos-Agein. Los griegos pertenecientes a la clase dominante tenían esclavos cuyo trabajo era llevar (guiar) a los hijos de sus amos ricos al centro de enseñanza, era también normal que los amos contrataran los servicios de filósofos, gramáticos, sacerdotes para enseñar en los palacios reales y casas de familias acaudaladas. Quienes hacían esta labor eran considerados paidagogos. Aristóteles realizó este tipo de servicio.
Toda ciencia se desarrolla a partir de una realidad concreta, marcada por las ideas, sentimientos y emociones de personas concretas condicionadas por la cultura de su tiempo. La ciencia evoluciona según evoluciona la sociedad y responde a problemas distintos en épocas distintas. Se requiere un abordaje e interpretación metódica inspirada en la curiosidad para hacer contacto y conexión con el espíritu de quienes sellaron una disciplina científica en su origen, es beber en la fuente primaria o sacar de los armarios antiguos las conclusiones para responder a los problemas actuales. El texto de la pedagogía antigua, debe ser interpretado en el contexto actual.
Como este es un ejercicio que requiere curiosidad, estética, duda y libertad capaz de tomar distancia de uno mismo para convivir filosóficamente con el mundo físico humano, entonces los sistemas actuales relacionados con la educación bancaria, que en esencia se trata de una domesticación cultural, excluyen a propósito el contenido ético moral de la pedagogía. Imaginemos a una persona alienada que se preocupa tanto por el brillo de sus zapatos, pero no limpia sus pies, así la educación bancaria neoliberal altamente academicista se preocupa tanto por el conocimiento, pero deshumaniza, maltrata al cognoscente.
Esta ciencia de la educación nos exige caminar con el pueblo no con un plan elaborado desde la perspectiva del pedagogo, sino más bien preguntando porque caminar, porque detenerse, porque girar, porque pensar, porque hablar o quedarse en silencio, que buscamos, que es lo que conviene en determinado momento. La pedagogía hace a la gente preguntarse que es la dignidad humana, cual es el valor de la persona que está enfrente o distante de nosotros. La pedagogía construye los cimientos de la ciencia política preguntando que es la democracia, la justicia, la libertad, el derecho, etc.
Es una ciencia que nos pone en marcha en una relación de igual a igual, la pedagogía de la pregunta indaga, cuestiona, provoca, discrepa, refuta, la pedagogía es problematizadora cuyo objetivo es saber pensar, sentir y actuar en el mundo inspirando y conspirando hacia la estética de la liberación. En realidad, la pedagogía no pretende guiar al estilo neoliberal a la gente, no “arrastra” a nadie, más bien pretende mover al individuo hacia su interior y sacar de allí toda la creatividad y potencialidad humana para transformar, transformándose. Promueve la autonomía personal derrumbando el ego individualista educando un nuevo ser humano libre para convivir en autonomía colectiva. Esta concepción filosófica de la pedagogía contrasta con la lógica de los marcos de planificación educativa académica siguiendo una filosofía educativa invasiva, en palabras de P. Freire, es la educación bancaria.
La pedagogía busca liberar, dignificar, afirmar la identidad del sujeto, y en ese proceso no puede olvidar que también debe sanar. El verbo sanar hace a la pedagogía una ciencia profundamente humanista, consciente de la nomenclatura interior del paidos individual y social que busca orientar hacia la transformación. El fracaso de los sistemas educativos oficiales radica especialmente en que busca guiar a la sociedad hacia un mundo no pensado por esta, y sin estudiar al sujeto que se propone guiar. Vivimos en una sociedad traumatizada; la niñez, la juventud, la mujer, los obreros, los campesinos, los gremios profesionales, los comerciantes, los grupos étnicos, los grupos LGTBI, los partidos, en la sociedad actual cuya imagen se sostiene mediante la violencia, las personas llevamos abiertas heridas muy profundas, vacíos que requieren atención y un trato pedagógicamente humano y metódico.
La pedagogía obliga conocer a la gente con sus heridas y sufrimientos porque el objetivo es curar, no profundizar la herida y el sufrimiento. La educación bancaria cree que basta meter en la cabeza de la persona un montón de conocimientos, olvidando que la persona antes que conocer algo, necesita ser amada para despertar en su alma el amor por todo lo que le rodea y saberse parte importante del universo humano y natural, solo entonces sabrá disfrutar el conocimiento, le fascinará estar en el mundo cambiante. La pedagogía penetra el interior de la persona y su contexto, hace andar a la gente con sentido de ser mundo en el mundo y ha de cultivar un profundo sentido de humanidad, de cuido y desarrollar la ternura de la subjetividad humana.
Plutarco relata en una anécdota que un padre pidió a un pedagogo el costo por educar a su hijo. El pedagogo le dijo la cantidad de honorarios y el hombre respondió ¡que costo tan alto! Con esa cantidad puedo comprar un esclavo. El pedagogo respondió; si, así tendrá en su casa dos esclavos, tu hijo y el que compres. La concepción del padre adquiere en la sociedad actual un carácter institucional, los gobiernos ni destinan el presupuesto suficiente para educación, ni prepara a quienes educan para un servicio pedagógico como la pedagogía lo exige. Los gobiernos prefieren ser y multiplicar esclavos, siendo sus propios hijos e hijas esclavas de la miseria sistémica que oprime y reprime la libertad popular. La reflexión pedagógica lleva necesariamente al planteamiento de una pedagogía política, una reflexión metódica que se propone llevar al pueblo hacia el saber, al culmen de la sabiduría. En la educación bancaria se habla de enseñanza-aprendizaje enalteciendo una relación dominante de quien enseña sobre quien aprende, así se multiplican y se amplían los vacíos cognoscitivos. Otra vez, la academia se sitúa por encima de la sociedad dejando caer un conjunto de conocimientos que en alto porcentaje, no corresponden a contextos concretos de pueblos concretos que buscan liberación.
Educar no es transmitir conocimiento, el sujeto que recibe tiene derecho a explorarse y conocerse a sí mismo como lo repitió Sócrates siempre. El quehacer de la pedagogía entonces es promover al sujeto a la autoexploración del saber. No hay persona que nazca con conocimientos ordenados y acabados, pero nacemos con todas las facultades y potencialidades humanas y espirituales para comprender el mundo que nos recibe y podemos aprender a vivir, convivir y ser en el mundo. La pedagogía pues, explora y pone el acento educacional en las facultades cordiales y psíquicas del ser humano, junto a las capacidades técnicas de toda estética humana recreada en sus relaciones sociales, económicas, políticas y culturales con génesis en la bondad del corazón y la habilidad de la razón. La pedagogía no busca la cima de las estructuras, sino que baja hacia el suelo de la existencia de la sociedad y se adentró en el alma de humana, he allí la gran virtud de la pedagogía.
La pedagogía pregunta ¿Cómo el pueblo tiene contacto con la Virgen de Suyapa, estando ella atrapada bajo la ornamenta e institucionalidad militar? ¿Un coronel que carga en sus espaldas la imagen maternal es capaz de cargar a la mujer hondureña sumida en la miseria económica? ¿En qué se sustenta el comportamiento de la Fuerza Armada frente a la imagen de Suyapa y de Berta Cáceres? ¿Hay razón para que el pueblo sencillo cargue a la imagen de Suyapa y la Fuerza Armada juntas? La pedagogía tiene prohibido intervenir sobre el sujeto, su campo es problematizar las contradicciones establecidas para caminar junto a quien sufre, educar es andar en dirección contraria al orden injusto.
* Pedagogo; defensor de los derechos humanos.