Por: Ruy Díaz Díaz
La aprobación de la Ley Fundamental de Educación (LFE) fue un paso enorme hacia atrás para el proceso de enseñanza aprendizaje, al legalizar el empleismo en educación básica y media. La LFE se vendió bajo la idea que los niños (as) aprenderían
inglés. Una mentira del gobierno nacionalista que repitieron todos los medios de comunicación tarifados.
Tiempo después fueron elaborados y aprobados a la carrera 22 reglamentos de la LFE con evidentes errores conceptuales como confundir titulo con grado académico y técnicas de evaluación cualitativas con técnicas de evaluación cuantitativa lo que los hace inaplicables salvo interpretaciones dictatoriales. (Que quiere decir que un ordenador le diga a un docente que obtuvo 20, 50, o 70 en una entrevista semiestructurada o en pruebas psicométricas).
La aprobación de los 22 reglamentos represento el tiro de gracia para las escuelas normales y su intención de convertirse en una institución de educación superior y fueron entregadas unas a la UPNFM (que nunca tuvo un plan para ellas y todavía no sabe que hacer) y otras a nivel de capacitación tipo INICE pero que como han servido más para espacios de empleo-manía nunca podrán cumplir con esa tarea.
La no apropiada, por decir lo menos, del actual Secretario De Estado en el Despacho de Educación de un Gobierno impuesto por la fuerza del fraude electoral y sostenido a punta de bayonetas, de que en Finlandia ya se eliminaron los pupitres por cuanto no coadyuvan al trabajo grupal y esa eliminación representa el nuevo paradigma del siglo XXI dice mucho del desconocimiento de los sistemas educativos de Honduras y Finlandia.
En Finlandia se eliminó el uso de zapatos también en los centros escolares para evitar se ensucien las alfombras que recubren los pisos de los centros educativos, con paredes móviles de vidrio para reacondicionar los espacios académicos en función del criterio del docente. Y libros y tecnología se encuentran al alcance de docentes y discentes.
El docente finlandés atiende a un máximo de 20 discentes y ostentan el grado de. Maestría. pero no maestrías subdesarrolladas como las que otorgan la UPNFM o la UNAH instituciones con. Enormes fondos públicos con espacios totalmente privatizados. Una maestría en la UNAH o la UPNFM se vende a igual o mayor precio que en las instituciones privadas. Además, como las líneas de investigación solo se explicitan en el papel para efectos de acreditación (carecen de responsables de cada línea) por lo que la elaboración de tesis es una tortura no académica para los y las maestrantes convirtiéndose en un ejercicio que pasa por. La interpretación subjetiva de magísteres que normalmente no son especialistas en el tema que aborda el maestrante.
Por otro lado, la Secretaria de Educación aprobó un Manual de Puestos sin que se hubieren evaluado los programas de licenciatura maestría y doctorado que ofertan las instituciones de educación superior (vale preguntarse si el espíritu del reglamento aludido es aplicable a las licenciaturas no docentes incluidas en el Manual de Puestos). Si el Magister Marcial Solís respeta los reglamentos aprobados bajo su dirección, deberá cambiar el Manual de Puestos en función de los resultados de la evaluación de licenciaturas que haga la Secretaría de Educación.
Queda pendiente la elaboración del reglamento de Educación Superior No Universitaria que junto a la misma LFE violentan la Constitución de la República (nada de extrañar) que le da potestades plenipotenciales a la UNAH en materia de educación superior.
Es sobre la base de publicaciones en revistas arbitradas e indexadas que los decentes de Finlandia diseñan sus situaciones didácticas adaptadas a cada uno de sus no más de 20 discentes, mismos que llegan bien vestidos y alimentados, con la garantía que tendrán almuerzo en el centro escolar con l la cantidad de elementos nutricionales apropiados a su edad (nada de alimentos ni bebidas chatarra) y no tienen la preocupación de contar con el dinero para pagar el transporte de regreso a sus casas.
Los docentes de Finlandia laboran frente al discente cuatro horas y media máximo. El resto del tiempo diseñan las situaciones didácticas, evalúan individualmente cualitativamente con recomendaciones para cada discente.
Mientras tanto en Honduras la Secretaria de Educación plantea un sistema inflexible de evaluación (con la amenaza de que supervisará la aplicación de ese sistema inflexible). La realidad es que el aprendizaje de los y las estudiantes es invariante con respecto al sistema de evaluación.
Finalmente, la falta de pupitres no es indicador de que estamos en un nuevo paradigma mejorado del sistema educativo hondureño en el Siglo XXI. Pero si es indicador que el Apagón Pedagógico en la Secretaría de Educación continuará en la Secretaria de Educación, bajo la mirada cómplice de la Mesa de Cooperantes, rindiéndole pleitesía a las ordenes emanadas de la OCDE.
