martes, marzo 26, 2024
InicioNoticiasOpinionesLicencia para matar…

Licencia para matar…

Por : Juan Almendares

La historia de los problemas del agua en Honduras (ya sea por abundancia, inundaciones,tormentas tropicales y huracanes,), por sequias y por desertificacion , ha estado vinculado históricamente a la explotación de monocultivos (Bananeros, caña de azúcar, palma africana) al extractivismo minero, a la construcción de represas, a los mega proyectos turísticos que han afectado profundamente la vida de las comunidades en sus territorios y las fuentes de agua para consumo humano, alimentación marítima y producción agrícola. En síntesis, la territorialidad, la vida de los ríos y mares, la producción de alimentos y los ambientes sanos para las poblaciones.

La producción de alimentos y la vida marítima y la pesca han sido afectado sustancialmente por las políticas transnacionales y neocoloniales.

Tomare algunos puntos históricos que son importantes para el análisis de los problemas ecológicos.

Desde hace un siglo la antigua zona de explotación minera cercana a Tegucigalpa; ha dejado una parte del territorio del departamento de Francisco Morazán con excavaciones profundas particularmente en la zona de San Juancito, Cantarranas, Valle de Angeles y las comunidades cercanas a una de las reservas de agua más importante para la capital que se conoce como Parque Nacional La Tigra” que es una de las zonas más bellas y sanas que algunos le llaman el pulmón de Tegucigalpa.

Las grandes excavaciones mineras se fueron modificando estructuralmente con el paso del tiempo y el embaulamiento de los pequeños ríos y quebradas de Tegucigalpa y Comayagüela, tuvieron dos consecuencias importantes, que cualquier lluvia por más de una hora produce en el siglo XXI grandes estragos para las poblaciones pobres y el segundo impacto es el fenómeno conocido con el nombre de drenaje acido, que consiste que la explotación y la excavación de las montañas puso al desnudo el azufre, que con el agua de la lluvia forma un flujo acuoso que contienen ácido sulfúrico y que es capaz de producir drenaje acido que conduce a la separación de metales pesados que son tóxicos para la vida de los animales, plantas y seres humanos, es decir, después de un siglo de las explotaciones mineras en estas zonas continúan produciendo daño a los habitantes de Tegucigalpa y Comayagüela.

En las últimas décadas se ha ido produciendo un fenómeno similar, pero con algunas diferencias a lo que Europa le llamó “Gentrificación” que consiste en el desplazamiento de las comunidades pobres por la burguesía que progresivamente se va apoderando de las zonas más bellas y sanas del ambiente, esto se ha observado con lo que ocurre en las zonas próximas al Parque Nacional la Tigra.
A donde hay proyecto de construcciones palaciegas y modernas que consumen mayor cantidad de agua y que han logrado construir hasta hoteles en las zonas de reserva de aguas en la tigra y que por lo tanto han logrado el apoyo de organismos del estado que no es neutro y que apoya a las clases poderosas y que el pueblo las llama “licencias ambientales para matar“ lo que produce una gran diferencia con la gentrificación. Es que estos proyectos no solamente afectan a las comunidades cercanas a la Tigra si no que más de 150 barrios pobres de la capital, porque este reservorio aporta un 20 a 30 porciento del suministro de agua en estas ciudades.

Las comunidades cercanas a la Tigra, se han organizado para defender el derecho al agua, esto ha producido un enfrentamiento con las autoridades municipales y del ambiente que defienden los derechos de las clases poderosas.

En conclusión, podemos apreciar que en las relaciones comunidad naturaleza y las relaciones sociales entre las comunidades, los sectores poderosos no solamente recurren a la violencia contra la madre tierra y también contra los seres vivos, en otras palabras, se trata de un estado hegemónico y coercitivo puesto que utiliza los medios de comunicación masiva, los centros educativos y en algunos casos sectores religiosos para justificar estas formas de agresion .

Por otra parte , se ha producido otras formas de violencia directa que tienen una base en lo ecológico y en lo racista, muchos de los proyectos son apoyados por transnacionales mineras, turísticas, tal es el caso de la lucha que mantiene la organización garífuna OFRANEH en la defensa de sus territorios comunitarios y ancestrales, tanto en el puerto de Tela, Atlántida y en las zonas de Vallecito, Colon y en proximidades del mar caribe.

Un crimen horrendo contra la comunidad Garifuna y OFRANEH ha sido un patron de asesinatos que ha tenido un impacto en la vida de las siguientes personas:
4 asesinatos de forma secuencial
Viernes 6 de Septiembre, Madre e hija, muerte a manos de sicarios (Garífunas de Santa Rosa de Aguan.
Gilma Cacho
Fiora Amaya

Sábado 7 de septiembre Nayda Reyez Giménez, de la comunidad de Baja Mar,
Fueron raptadas por sujetos vestidos “DPI”

Domingo 8
Mirna Suazo de la comunidad de Masca
(Femicidio Racista)
Mientras ocurren estos actos violentos se opera una algarabía sobre las reformas electorales que han logrado tanto los partidos de gobierno como la oposición para garantizar elecciones no fraudulentas; no obstante que este suceso es positivo, sin embargo estas discusiones no tocaron el aspecto militar que supuestamente garantiza las elecciones pero que han sido responsables de los golpes militares y del fraude electoral, en otras palabras existe una demanda histórica del pueblo hondureño y de los pueblos de América Latina para luchar contra la ocupación militar de Estados Unidos y la neocolonización estadounidense y británico (concesión petrolera Shell) por lo tanto seria como parte fundamental de la justicia histórica que el Congreso Nacional emitiera una resolución que debe cesar la ocupación militar de Honduras y los tratados militares y económicos que violan nuestra soberanía alimentaria, dignidad histórica y la autodeterminación del pueblo hondureño.

Desde luego nuestra condena por estos actos violentos que tienen un mensaje aterrorizador de las comunidades que defienden el agua y los bienes comunes y naturales y que sin embargo, casi todos estos actos violentos policiales y militares quedan en la impunidad.

El problema del agua y la territorialidad, se presenta en casi todos los sitios que tienen un carácter rural o semirrural.

El Aguan, que es una zona que se caracteriza por la abundancia de aguas ha sido invadido por empresas mineras, plantaciones de agrocombustibles, estructuras del narco tráfico, empresas multinacionales y alta presencia militar estadounidense y varios sectores de la policia internacional, sicarios y asesinatos por los guardias de las empresas privadas.
Si partimos de la idea metafórica de las comunidades de que el agua es una unidad de vida y por lo tanto es necesario que las comunidades mantengan el agua viva y sana y ellos dicen que cuando el agua se encarcela con las represas y se contamina con la explotación minera, el agua se enferma y si se enferma el agua y las plantas no crecen y no se producen los alimentos, los animales se enferman y al final también los humanos mueren, en otras palabras las muertes de las fuentes de agua y de los ríos es la muerte de las comunidades. En ese sentido tanto en el Aguan como en otras zonas las comunidades se han convertido en defensores del agua y de la madre tierra, por lo tanto en defensores de la vida.

En esta zona del aguan, colon, La Mosquitia y Olancho existen zonas ecológicas que han sido consideradas patrimonio de la humanidad, por la UNESCO, en tal sentido que las comunidades se han organizado para defender el derecho al agua, la territorialidad, la cultura y sobre todo el derecho a la salud y esta organización la han llamado “Comité Municipal de Bienes comunes, que ha declarado a la zona de Guapinol y la zona de Tocoa territorios libres de minería, que han tenido la oposición de la Alcaldía Municipal de Colon que facilita el apoyo de las grandes transnacionales; por otra parte el Banco Mundial ha apoyado a grandes empresas nacionales para la explotación de la palma africana.

En esta zona del aguan se han producido más de 160 asesinatos a dirigentes campesinos y se vive en un estado de terror policial militar, por el narcotráfico, sicarios y guardias privados de empresas transnacionales.

Uno de los argumentos que utiliza por los medios de comunicación, que los problemas de Honduras se deben al cambio climático y que todo esto pasa en todas las partes del mundo con el fin de manipular y ocultar la verdad.

Si planteamos el cambio climático, tenemos que entender que se trata de una catástrofe ocasionada por el poder capitalista transnacional que se centra sobre todo en el petróleo, extractivismo minero, en el consumo y producción de alimentos (Transgénicos) y en la industria de la guerra y del automóvil, como resultado del neoliberalismo y la acumulación capitalista por desposesión.

En estas luchas de las comunidades de Guapinol y bienes comunes y la Plataforma Agraria, se produjo el encarcelamiento de los campesinos de Guapinol: José Daniel Márquez, Kelvin Alejandro Romero, José Abelino Cedillo, Porfirio Sorto Cedillo, Ewer Alexander Cedillo, Orbin Nahún Hernández y Arnold Javier Alemán.
Estos dirigentes campesinos por defender el agua y la vida fueron encarcelados y colocados en una cárcel de máxima seguridad (máxima tortura) como si fueran criminales peligrosos.

Se ha iniciado una solidaridad mundial por la liberación de los dirigentes campesinos de Guapinol quienes corren extremo peligro de que sean objetos de atentados dentro de esta prisión y que por lo tanto por las torturas que sufren ponen en peligro sus vidas y sus familiares.

Honduras es el país dónde el sistema capitalista y particularmente la ocupación militar norteamericana y las políticas multinacionales han trasado la meta de establecer zonas especiales de desarrollo (planes de vivienda chárters) donde estas empresas tendrán todos los derechos y la capacidad de abusar de la vida a los hondureños y tener autonomía plena para actuar sin regulación por el Estado.

Esta violencia estructural e histórica del país, toma cada día formas más sínicas y violentas que atentan contra la vida de niños y niñas y familias que ya no solamente consiste en tirarles bombas lacrimógenas, incrementar el hambre y la miseria, si no se caracteriza por masacres, actos terroristas y racistas contra los sectores oprimidos, tal es el caso que citamos de las organizaciones garífunas muy vinculadas a OFRANEH, así como Guapinol que está dentro del comité de bienes comunes en Tocoa, en igual forma lo que está ocurriendo en las comunidades que luchan por defender el agua en la zona del parque Nacional la Tigra, así como la lucha que desarrolla la Coalición de Redes Ambientales en Defensa del Ambiente y la vida en la zona sur occidental, central y oriental del país.

Apelamos a la comunidad nacional e internacional para realizar una campaña mundial de condena a los actos criminales y terroristas de los cuales es responsable el Estado de Honduras, porque todos estos actos quedan en la impunidad y por otra parte nos dirigimos a todas las organizaciones ecologistas y defensoras de los pueblos y de los derechos humanos para que logremos la verdadera justicia histórica y la libertad inmediata de los presos políticos de Guapinol y de todos los presos políticos del país y demandamos así mismo la condena internacional por los sistemas carcelarios de Honduras que son sistemas de máxima tortura.

¡Alta es la noche y Morazán vigila al Comando Sur y al Estado subalterno policial militar!

Artículos Relacionados

Últimas Entradas