Tegucigalpa, Honduras (Conexiohn)– Félix Cesario Padilla Alvarenga, su nombre completo. Nacido un 14 de enero de 1944, es periodista y poeta hondureño. Con ocasión de su natalicio número 77 accedió a una entrevista con Conexihon Hn.
“Soy Félix Cesario Padilla Alvarenga, hijo de Ofelia Candelaria, mi mama nunca le pude decir mamá de ella aprendí la dureza y la firmeza del amor, de mi padre honestidad, la ternura y la perseverancia, fui criado por mi abuelo y abuela paterna como parte de un trato con mis padres que accedieron a entregar a su primer hijo a mis abuelos para poderse casar”, se definió.
Al preguntarle a Félix Cesario sobre sus inicios en el periodismo, recordó su infancia, nueve años, precisó. Su abuelo materno, el maestro Félix Alvarenga, lo enviaba a diario informarse al barrio principal de su pueblo, en San Francisco de la Paz, departamento de Olancho; y luego él debía trasladar la información de forma correcta, precisa y detallada.
“Pasá por donde Salvador Gálvez y Salvador Rosales que me mande los periódicos – me decía el abuelo- recuerdo que los nombres de los periódicos eran: El Pueblo y La Época. También me pedía que pasara recogiendo revistas, pero lo que más hacia era pedirme que fuera al Barrio Arriba a ver qué novedades habían pasado”.
La importancia de la ética periodística, la aprendió el niño que luego llegaría a informar y servir cátedra universitaria. Félix Cesario narró la ocasión en la que llegaban los bandos (una persona con voz fuerte que leía por todo el pueblo noticias importantes) “y yo me puse a jugar mables con mis amigos y solo logre escuchar que iban a quemar los chanchos y que el dueño tendría que pagar una multa… al llegar a la casa mi abuelo me pregunto por la misión informativa y yo no pude dársela con claridad”.
“Mi abuelo solamente me castigo en dos ocasiones y esa fue una de ellas y con ello aprendí la ética del periodismo, que la información se transmite tal y como es, sin quitarle ni ponerle”.
Lección aprendida
“Desde ese día escribía todo lo que escuchaba y daba una transcripción fiel de lo que yo me enteraba, y así fue como inicio mi carrera de periodista con exclusividad del trabajo informativo para mi abuelo”.
A los 27 años salió de la casa de los abuelos, rumbo a Tegucigalpa. No fue una decisión a voluntad, sino consecuencia de su formación ideológica, “un día siendo maestro de educación primaria me enchacharon frente a mis alumnos por haber fundado el movimiento estudiantil los cinchoneros de Olancho, esa fue el detonante para mi partida, sin retorno”.
Radicado en la ciudad capital de Honduras, hizo su educación secundaria, al tiempo que publicaba artículos y sus primeros poemas en la revista “Impacto”, que dirigía Raúl Barnica López.
Se matriculó en la carrera de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), al mismo tiempo que plasmaba sus versos en favor de “los hambrientos y desposeídos” en Honduras.
Sería el historiador, poeta y periodista Medardo Mejía, quien le aconsejaría al joven poeta que cursara una carrera para ser “el tribuno del pueblo”.
“Un buen día Don Medardo Mejía, me mando a llamar porque quería conocer a la persona que escribía en el periódico Impactos y yo me imaginaba a Medardo Mejía como un hombre imponente y fortachón, cuando lo vi era un hombre pequeño, pero super educado, inmediatamente me pregunto mi descendencia y luego me dijo que leía lo que escribía…me dijo que Derecho no era mi carrera”.
Eso motivo al joven periodista a cambiarse a la carrera de Filosofía hasta que finamente se matricularse en periodismo, decisión que avaló su trabajo en el desaparecido diario “El Cronista” donde resalto por su estilo narrativo a tal grado que los últimos editoriales fueron escritos por él a solicitud de Don Salvador Valladares y Doña Carlota de Valladares, quienes dirigían el rotativo.
Primero el magisterio y luego el periodismo
Félix Cesario confesó a Conexihon Hn que no pensó llegar a ser docente de la carrera de periodismo, pero que en su vocabulario no existe la palabra nunca.
Precisó que gracias a las gestiones de Medardo Mejía (a quien considera como su mentor) con el entonces rector de la máxima Casa de Estudios, Jorge Arturo Reina, que entró a trabajar en la UNAH. Pasó por la Editorial Universitaria, el Sistema Bibliotecario hasta llegar a la Escuela de Periodismo.
Justamente, un 14 de enero de 1978, inició labores en la UNAH, de la que no se separó hasta su jubilación forzada por razones políticas, en julio de 2013.
“Fui fundador del Centro de Documentación que lleva el nombre de uno de mis maestros ‘Ventura Ramos Alvarado’ en 1982”, detalló Félix sobre su paso por las aulas universitarias; un espacio que coordinó por más de 15 años.
Desde su incursión en el movimiento obrero, organizándose en el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), fundó la revista FRENTE y el periódico TRIBUNA SINDICAL, experiencia que compartió junto a Roberto Salinas, Julio Zavala, Roque Ochoa, Ramón Oquelí, entre otros.
En agosto de 1983, fue desaparecido por 18 días, en el marco de la represión ejercida desde a presidencia de Roberto Suazo Córdova y el Jefe de las Fuerzas Armadas, Gustavo Álvarez Martínez, denominada Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN), con la que se practicaron, de acuerdo a registro de organizaciones de derechos humanos, cerca de 184 desaparecidos y desaparecidas por razones políticas.
Llegó el tiempo de la docencia en la Escuela de Periodismo. Para el poeta y periodista “enseñar periodismo es una experiencia inmejorable, tengo el privilegio de ser colega y compañero de mis alumnos y alumnas a los que forme para la vida y no para el momento, esto me hace ser una persona muy agradecida con la vida”.
“El periodismo es el oficio más hijueputa del mudo, pero el más bello a la vez, porque no es fácil hablar y escribir de los demás de forma neutra y correcta, sabiendo que este trabajo nos va a llevar a una bartolina”.
El poeta y periodista
“Mi primer poema, fue para mi madre… daría todo por recordar que fue lo que escribí junto a una rosa que me robe de la casa cural, pero mi madre no creyó que yo hubiese echo ese poema para ella, llorando se lo enseño a mi abuelo al leerlo, me miro a los ojos y me dijo vas a ser un atormentado”.
Así recordó sus inicios en la poesía, su oficio predilecto “hasta la fecha sigo escribiendo poemas, más poemas que periodismo”.
Félix Cesario cuenta con seis poemarios publicados: Lamentos y Protestas (1969); Poemas para ti y para mi (1972); Mañana… Entonces (1974); Carcelaria (1977); Homenajes (compilación de escritos sobre liderazgos del movimiento popular, 1980) y Tiempos de Terror (2018).
Como un consejo, el poeta de la ternura, certificó que “siempre debemos escribir y seguir escribiendo, pues no existe la perfección en los escritos… el escribir te permite liberarte y aprender sobre todo aprender”.
Prueba de ello, es que sigue escribiendo artículos de opinión en diferentes medios de comunicación digitales y alternativos del país; al tiempo que prepara para este 2021, su próximo poemario.
“En un recuentro de mi memoria siento que no estoy satisfecho, que pude haber hecho cosas mejores, pero así es la vida debemos cometer errores para ser mejores seres…Quien me suplante, deberá ser alguien de peso… porque yo no peso mucho”, cerró la entrevista el poeta y periodista.