Choluteca, Choluteca (Conexihon).- Las personalidades críticas y solidarias con las luchas comunitarias en contra del extractivismo y la defensa de los bienes comunes en la zona sur han desatado un proceso de persecución que van desde las sanciones eclesiásticas, el despliegue militar, la seducción empresarial y las amenazas de dirigentes de del conservador Partido Nacional, actualmente en el poder.
Así lo evidencia el Movimiento Ambientalista Social del sur por la Vida (MASSVIDA), tras el recrudecimiento del hostigamiento contra el padre Florentino Hernández, un fiel defensor de las decisiones comunitarias en el municipio de El Triunfo, Choluteca, al sur de Honduras.
En una cronología divulgada recientemente el movimiento ambientalista, sostiene “apoyamos al padre Florentino Hernández incondicionalmente porque reconocemos su lucha en contra de la minería en el municipio de El Triunfo, Choluteca y conocemos su intachable labor para con el pueblo”.
Para el MASSVIDA “la decisión del obispo, Guido Charbonneau es política, porque el Partido Nacional está presionado para que el padre sea removido a toda costa”. Los líderes nacionalistas le acusan de que la pérdida de las elecciones municipales, pues tenían cerca de 60 años de tener la hegemonía en esa corporación.
A esto se le suma la declaratoria del municipio libre de minería el primero de abril de este año, una acción impensable hace unos años bajo la gobernanza conservadora.
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El padre se dedicó a construir ermitas en las comunidades con apoyo de la solidaridad de hondureños en Estados Unidos, una acción considerada como pionera en la zona, especialmente en lugares donde la iglesia no había podido llegar.
Debido a la incidencia de las comunidades organizadas se han puesto en evidencia las falencias en la corporación municipal, “esto hace que la gente se sienta muy a fin con él a diferencia de los activistas del Partido Nacional”, indicó un integrante del Frente Triunfeño en Defensa de la Vida.
Otra de las circunstancias que han separado la visión oficial de la iglesia católica es el “distanciamiento” existente entre el obispo Guido Charbonneau y las necesidades de la población triunfeña. “Aquí no tenemos ningún pronunciamiento, una fotografía o algo que revele que la iglesia realmente está acompañando este pueblo, no hay ningún precedente, por lo que el pueblo siente que aquí la lucha es más política y económica, pero que se utiliza el plano religioso para aplicar la normativa eclesiástica obviando los otros temas que son los principales”, abundó.