Tocoa, Colón (Conexihon).- Subir a un punto alto para lograr una imagen que evidencie la represión contra el pueblo que lucha por la defensa de sus bienes comunes, y narrar el paso de la bota policial y militar, convierte a un sector de la prensa como “enemiga del desarrollo”. La ubican en el blanco para silenciarla.
Un grupo de periodistas del municipio de Tocoa, evidenció el panorama de represión al momento de atender las denuncias del pueblo opositor a la instalación de proyectos extractivistas que afecten su riqueza natural.
Dentro del 92 por ciento de impunidad en crímenes contra periodistas, según cifras del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (CONADEH), el departamento de Colón registra tres asesinatos: Nahúm Palacios en 2010, Fausto Elio Valle y Adonis Felipe Gutiérrez en 2012.
El caso de Palacios, asesinado frente a su casa en el barrio Los Pinos, de la ciudad de Tocoa, fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), según lo anunció el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), a finales de julio del presente año.
La Comisión de Libertad de Expresión, de la Misión de la Coalición Contra la Impunidad, que visitó el municipio entre el 01 y el 03 de noviembre, habló con periodistas, quienes en los últimos días -en lenguaje popular- “se juegan el pellejo” para que las voces que defienden el Río Guapinol sean escuchadas sobre su defensa del agua, a causa de la instalación de un proyecto minero liderado por Inversiones Los Pinares S.A. propiedad de Lenin Pérez, conocido por ser yerno de Miguel Facussé.
La cobertura hecha por quienes expusieron su caso, fue crucial para conocer la situación de la ciudadanía que logró establecer un campamento por más de 85 días para defender la fuente de agua que abastece a cerca de seis comunidades.
“Ustedes son ñangaras, igual que ellos”
Para César Obando y Jessenia Molina, la cobertura de los hechos violentos contra la población de Guapinol fue una acción de milagro. Ambos narraron como al momento del desalojo el sábado 26 de octubre, prácticamente quedaron en medio del pelotón policial-militar que procedería violentamente contra la población que resistía en el campamento.
A César prácticamente le tocó narrar -cómo corresponsal de Radio Progreso- al calor de las bombas lacrimógenas y las hondillas o “chilinchates” que andaban los uniformados para apedrear a la prensa.
“Sabemos que estamos expuestos en una cobertura a ser gaseados, pero denunciamos que estábamos retirados del lugar, haciendo nuestra transmisión y aun así fuimos víctimas del ataque de policías y militares”, expuso Obando, quién, además, labora para un canal de televisión local.
Un grupo de diez militares y policías les dijeron a quienes cubrían la represión “Ustedes son ñangaras, son igual que ellos”.
Con su cámara, Jessenia hizo su registro fotográfico y de video. Escuchó que sus compañeros habían sido despojados del equipo periodístico. Con la horda policial y militar persiguiéndolos -ella cuenta que- tuvieron que levantar las manos y gritar “somos periodistas”, pero hubo que apresurar el paso.
Es lamentable que no se nos respete como periodistas, cuestionó Molina, en esta ocasión estuvimos en una zona prudente para llevar la información, pero ellos -policías y militares- siempre llegaron e hicieron lo que hicieron.
Tanta era la saña por lanzar gases lacrimógenos a la población, que Jessenia fue testigo del momento en que un grupo de mujeres fue afectado por la acción deliberada de los uniformados.
Al lanzar bombas nos decían “eso querían verdad hijos de pu…”, relató la comunicadora.
A pesar de las amenazas, hay que identificarse con el pueblo
Miguel Dubón es un veterano reportero radial en la zona. Cada mañana presenta el resumen de acontecimientos para el noticiero matutino de Radio Globo de Tegucigalpa. “No es fácil ser periodista en Colón”, comienza con esta frase a describir el ejercicio “más bello del mundo”, como dijo el premio nobel Gabriel García Márquez en una conferencia ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en 1996.
Dubón detalló que la dificultad para hacer periodismo es a causa del aumento de fuerzas del ejército y empresas de seguridad con fuerte armamento, aún y cuándo hay en el departamento de Colón un decreto de desarme general, en referencia a la disposición para reformar (por adición), el artículo 37 de la Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros, del 07 de agosto de 2012.
El artículo número dos, literalmente dice: “Se prohíbe en el departamento de Colón, la portación en lugares públicos o el transporte en vehículos de cualquier arma de fuego… Se exceptúan de esta, los cuerpos de Defensa y Seguridad del Estado y las empresas mercantiles que para el funcionamiento de su actividad, requieran el servicio de seguridad privada”.
Otro de los problemas que hacen difícil ser periodista es la existencia de “periodistas alineados”, un sector de la prensa que se muestra a favor del alcalde Adán Funes y “los que acompañamos al pueblo que lucha, que sufre y son quienes realmente necesitan que su voz sea escuchada”.
Denunció que, para la “prensa alineada” existe un supuesto pago que ronda en cuatro mil lempiras, para que no cubran ningún tipo de información que provenga de lo que el pueblo hace.
“Hacer que no pase nada”, lo definió Miguel Dubón.
Dubón citó como ejemplo, la realización de una caravana en defensa de la vida, convocada por la Iglesia Católica, cerca de seis mil personas contabilizó el comunicador, era un evento para primera plana, como “última hora” pero pasó desapercibido, sino fuera por que estuvimos los que nos mostramos cercanos al pueblo.
El riesgo de filmar la saña contra el pueblo
Erick Mendoza comentó que ha dado cobertura a diferentes acciones, entre ellas desalojos. No obstante, por primera vez observó que el ejército y la propia policía “lo quieren agredir a uno”, sólo por cubrir las demandas de la población y que tanto ellos como nosotros nos ataquen por los intereses de la empresa y de la fuerza pública.
No importó si ese sábado levantó su cámara en señal de que ejercía su labor como camarógrafo. Siempre tiraron -bombas- lacrimógenas y la represión siguió.
Su protección era mínima, no alcanzó para evitar la inhalación del gas. “Tuve que seguir, pero el gas no me permitía avanzar”, narró Mendoza. Lo que provocó efectos secundarios en su cuerpo como fiebre y con molestias en su garganta, como repercusión de gas lacrimógeno.
Anteriormente en un desalojo que quisieron hacer “los mineros” (como laman a quienes pertenecen a inversiones Pinares), un jefe de seguridad quiso arrebatarle la cámara “¿Qué pasó con vos? me decía en tono amenazante”, se sintió protegido al verse rodeado de gente.
Mientras que Donaldo Domínguez denunció que, tanto él como sus compañeros fueron objeto de insultos por parte de los elementos de la policía y el ejército. “Ustedes son vagos igual a esos otros perros”.
Le quitaron su cámara, su mochila y las identidades junto a otros colegas. A una defensora de derechos humanos, de nombre Dalila le quitaron por la fuerza el bolso “uno de los policías le dijo <<o lo dejas aquí o te lo quito a la fuerza>>, todos pusimos las pertenencias y luego de dejar las cosas nos dijeron váyanse de aquí”, detalló Domínguez.
“… quien te va a joder soy yo”
Rigoberto Mendoza produce y conduce el programa “Más Noticias de Colón”. Dicho espacio estuvo presente en los violentos desalojos contra la población defensora en Guapinol. Fue objeto de agresiones junto a su hijo Erick -quien ya su experiencia- y el periodista Osman Corea, que funge como reportero.
Este tema de la minera -Inversiones Los Pinares S.A- “lo abordamos con temor, con miedo a que nos agredan, por teléfono nos amenazan”, narró Rigoberto.
Al estar frente a las cámaras, “agarramos coraje”, apuntó. Sin embargo, ya en contacto con la gente en la calle les advierten que “se arriesgan demasiado”.
Durante la represión, estuvo presente la delegada del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (CONADEH).
Conexihon entrevistó a la funcionaria del CONADEH y aseguró que, las acciones violentas contra la prensa en la zona el día sábado 27 de octubre, solo se tienen consignadas como parte de las “incidencias en el desalojo”.
La funcionaria aseguró que dicha acción de desalojo fue pacífica, contó Mendoza. “Nosotros en el programa dijimos que no era cierto, pasamos sus declaraciones en el programa y denunciamos su actitud”, agregó.
Por ello, declaró Mendoza, recibió amenazas del esposo de la delegada del CONADEH, en un centro comercial, quien supuestamente le aseveró que “el que te va a joder soy yo”.
Si el policía nos golpea, si el militar lo hace, si el CONADEH no actúa ¿a quién acudimos? se preguntó Mendoza.
RSF: Prensa en Colón labora bajo un clima funesto
La organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF), alertó el pasado 09 de noviembre, sobre las peligrosas condiciones que atentan contra el derecho a informar de la prensa en el municipio de Tocoa, a raíz del conflicto entre la empresa Inversiones Pinares, la policía y el ejército contra una desarmada población de la comunidad de Guapinol.
“RSF denuncia estas gravísimas acciones que atentan contra el derecho a informar y pide a las autoridades judiciales hondureñas que identifiquen y sancionen a los responsables de estos violentos ataques”, aseguró Emmanuel Colombié, director de la Oficina en América Latina.
De igual forma llamó al Mecanismo Nacional de Protección a Periodistas, Comunicadores Sociales y Defensores de Derechos Humanos, para otorgarles medidas inmediatas para su protección.
Entre 180 países, Honduras ocupa la posición 141 en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa para este año de Reporteros sin Fronteras.
Mientras que la Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), recomendó a los Estados la adopción de mecanismos preventivos para evitar la violencia contra trabajadores y trabajadoras de medios de comunicación.
Esto incluye, dice la RELE-CIDH en su informe Violencia contra Periodistas y Trabajadores de Medios, “la capacitación de funcionarios públicos, en especial las fuerzas policiacas y de seguridad y si fuere necesario, la adopción de guías de conducta o directrices sobre el respeto a la libertad de expresión”.
El maestro de generaciones y periodista Ventura Ramos Alvarado, en su libro “Honduras; Guerra y Anti nacionalidad”, publicado en 1987, habla que el ejercicio periodístico no puede estar ajeno a lo que sucede en Honduras.
Sus palabras retoman su vigencia a partir de un sector de Periodistas en uno de los departamentos más convulsos del país, posterior al golpe de Estado de 2009. Hay Periodistas que enfrentan la imposición del silencio.