lunes, julio 21, 2025
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No instrumentalizar sino espiritualizar la política

«Creo que desde las instituciones eclesiásticas se ha dado el primer paso para la unidad de todo el pueblo hondureño«

Por: Irma Becerra

Quisiera me permitan expresar algunas reflexiones e ideas sobre la reciente proclama de la Iglesia Evangélica y la Iglesia Católica por marchar unidas, junto a todo el pueblo hondureño, para pedir y orar por la espiritualización de la política, la paz, la sabiduría, la transparencia y elecciones limpias en Honduras. Creemos que las iglesias hondureñas han comprendido que nos debemos unos a otros, por nuestra condición y capacidad individual humana relativa de conocer y aprehender el mundo, por lo que nos necesitamos mutuamente para conocer toda la verdad. Se trata de un momento histórico en Honduras porque las Iglesias Unidas han comprendido muy bien que no pueden ejercer su noble misión aisladas de la Ética laica, y que de lo que se trata es de que todos comprendamos que una política y unos gobiernos desprovistos de espíritu del Bien Común Social no pueden ser solución adecuada para el país. Y eso vale, como dice su comunicado, para todos los políticos y todos los partidos políticos de Honduras y el mundo por igual.

Creo que desde las instituciones eclesiásticas se ha dado el primer paso para la unidad de todo el pueblo hondureño y se ha comprendido muy bien que una política desprovista de alma, espíritu y esperanza solo instrumentaliza a las personas para que estas se conviertan en simples marionetas del poder político de cualquier partido político de que se trate. Eso es comprender, independientemente de la visión y la tendencia religiosa que se adopte, que el ser humano no puede vivir sin un sentido trascendental que le haga buscar la justicia en general en toda la Humanidad y no solamente respecto a las malas acciones de sus enemigos o adversarios.

Mis padres, Longino Vidal Becerra Alvarado e Irma Monterroso Cuéllar, de Becerra, eran maestros de izquierda que no politizaron ni instrumentalizaron a sus hijos, sino que les inculcaron valores y principios espirituales desde una Ética laica que les despertara el alma, el corazón y la mente, y no solo la conciencia, algo que va más allá incluso del hecho de profesar alguna religión en particular. Se trata de que tomemos conciencia de la situación total o en toda su totalidad, como dijese Karl Mannheim, incluso la conciencia de todos nuestros temores ocultos, para que comprendamos mejor la necesidad de los cambios profundos, positivos y constructivos, que la nueva situación exige de todos nosotros.

El pedido, el ruego y el derecho a exigir espiritualización por parte de las iglesias hondureñas unidas para rescatar, respetar, exigir y defender valores y principios espirituales a los políticos hondureños en particular y a la población hondureña en general, no constituye una injerencia de la Iglesia en los asuntos públicos sino un ruego porque veamos más allá de nuestros propósitos e intereses partidarios y busquemos todos la forma de afrontar los problemas de Honduras, no para que no haya solo ausencia de conflictos, algo que es casi imposible, sino para que seamos capaces todos juntos de construir esperanza desde el principio rector de la vida digna, dignificada y regulada por el Espíritu Absoluto que rectora y dirige la historia universal de nuestro país, nuestro mundo y el universo.

Por eso, la Iglesia no es sectaria, y si se tratara de una injerencia en el Estado laico, como ha escrito el dirigente de LIBRE, Alex Palencia, las iglesias hondureñas se hubiesen presentado de manera separada, cada una exigiendo por su cuenta. Pero se han presentado juntas y unidas por el mismo espíritu santo común, no solamente religioso, sino ante todo de conciencia de la necesidad de una situación ética de totalidad o global por defender aquello que nos hace más humanos: la precisión humanista de dimensionar y condicionar el alma humana al dirigirla hacia el centro de los principios que rigen el Bien Social Común, el Estado de Derecho, la defensa plena de la Vida, la Seguridad y la Dignidad, la libertad y sobre todo, la Fraternidad entre todo los seres humanos vueltos personas porque todos y todas somos hermanos en y de una causa común.

No comprender esto significa estar ciego y ser cerrado a los valores del alma y continuar tan ciego y cerrado como el hombre de carne y hueso que fuera el General Francisco Morazán, quien llegase a instrumentalizar su lucha política sin comprender la dimensión espiritual de la misma, algo que le hizo volverse enemigo de la Iglesia de su tiempo, la cual tampoco comprendió el propósito de la gesta morazánica. Francisco Morazán Quezada rompió con la Ética y le fue infiel muchas veces a su esposa, doña Josefa Lastiri de Morazán, y tuvo varios hijos con otras mujeres. No cometamos el mismo error del héroe centroamericano de no velar, con la misma pasión, por su familia y de entrar en conflicto con la Iglesia de su tiempo.

De hecho, el destino ha querido que Rixi Moncada de LIBRE, provenga de una familia tanto evangélica como católica y que, como ella misma ha expresado, ha crecido respetando ambas iglesias. Esto constituye una señal del destino que le encomienda unificar espiritualmente a las instituciones eclesiásticas y democráticas en el fortalecimiento de una espiritualidad mutuamente convivida y asegurar con ello, que todos sigamos a aquellos líderes políticos que se unen en esta causa y gesta. Moncada no debe seguir creyendo que lo espiritual se reduce a la creencia religiosa o a la práctica de una religión, sino que abarca toda la dimensión de nuestra constitución y construcción humana en todos los ámbitos de sus formas, creaciones y contenidos.

Rixi Moncada no tiene razón cuando señala que nuestros jóvenes “deben politizarse y entrar en el proceso” porque eso no es adquirir realmente conciencia de toda la situación y la verdad históricas, sino fanatizarse solo por ciertos aspectos de la situación y la verdad, y volverse un simple instrumento activista de la política de un individuo, una familia, un grupo o un partido político y ser solo seguidor y no líder ético. Por ello, esperamos de Rixi Moncada y de todos los candidatos presidenciales su pronta reacción a este momento histórico. Hasta el momento solo han reaccionado los partidos tradicionales, Liberal y Nacional de Honduras.

La política con conciencia es la que se haya determinada por la verdad espiritual que camina hacia el centro de la defensa de toda la vida inspirada por el respeto, el reconocimiento, la comunión y la dignificación de todos sus legítimos e incuestionables fundamentos: todos los seres humanos somos seres de luz que nos iluminamos mutuamente en un destino común que nos atañe a todos, aunque no queramos.

Artículo: https://utopiasyrealidades.com/no-instrumentalizar-sino-espiritualizar-la-politica/

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