domingo, marzo 24, 2024
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Marcada desde la niñez, un paso para frenar la violencia invisible

Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).-  “Mi infancia fue demasiada dura desde los 12 años empecé a trabajar, mi trabajo fue demasiado difícil era con una maestra, un licenciado y su hijo adolescente. En ese lugar tenía un plato y una taza donde debía comer, mi lugar de comer era el corredor, no tenía derecho a vacaciones ni aguinaldos», relató Patricia López, integrante de la Red de Trabajadoras Domésticas relató a Conexihon.

«Recibí maltrato del hijo de los señores, él entraba a mi cuarto a querer abusar de mí, desfilaba desnudo en su casa. Yo no decía nada, lo que hacía era irme al cuarto a llorar. Le comenté a la patrona lo que estaba sucediendo ella se rehusó a creer. Le dije -después- al señor y él me dijo ¡Váyase! A los 6 meses de trabajar con ellos, le comenté a mi mamá, ellos me sacaron a las 6:00 de la tarde y tuve que pedir jalón en un furgón para irme a la casa».

«En mi siguiente trabajo era una familia reconocida en el ámbito social, me regañaban como si fuera hija de ellos, como yo quería trabajar tenía que aguantar para llevar el sustento a la casa, me fui al Ministerio de Trabajo para que me pagaran los derechos y me dijeron que era ladrona, nosotros que somos de tierra adentro y somos humildes no podíamos decir nada, la esposa de ese señor me dijo que si seguía yendo al Ministerio me iba acusar de ladrona».

«Pasé trabajando desde niña sin derechos, ni siquiera a un salario digno, he buscado empleo y se dificulta buscar otro tipo de trabajo, porque lo primero que piden es un documento que demuestre que es profesional».

«Una encuentra trabajo porque otras personas lo recomiendan y le dicen que lo van a probar un mes sino buscan otra persona, no piensan que el trabajo que realizamos tiene un gran valor, en todos los empleos en los que laboré tuve malos tratos, sin embargo, he sacado adelante a mis dos hijos, me ha tocado llorar aguantar por la situación».

«Ahora solo trabajo tres días a la semana ganando L.250 (unos 10 dólares) al día de las 6:00 a.m. hasta horas de la noche, vengo a la capital desde un pueblo, abordo varios buses para llegar gasto casi 100 lempiras solo en transporte (cuatro dólares aproximadamente), pero ahora lo que la gente hace es por optar a pagar por un día a la semana y las personas que permiten a muchachas trabajar en sus hogares son menores de edad”.

Herencia transgeneracional

Gabriela Pineda tiene 37 años, es madre soltera de ocho niños y también forma parte de la Red de Trabajadoras Domésticas.

Soy trabajadora doméstica desde los 12 años, todo empezó como un juego vivíamos en El Hatillo, mi mamá era trabajadora doméstica y estaba embarazada por eso dejó de trabajar, vivíamos cerca de una familia muy reconocida políticamente. Recuerdo que una mañana pasó la señora con la que trabajaba mi mamá, le dijo, pero usted ya no puede trabajar porque esta por parir, pero ya Gaby esta grande, yo estaba saliendo del sexto grado -esta grandecita ya es toda una mujercita,-le dijo la señora-, deje que trabaje».

«Mi mamá le dijo que sí, al inicio me pagaba 40 lempiras al mes hacia todas labores de la casa pero también cuidaba a una señora de la tercera edad, tenía que leerles por las tardes y también platicar con ella, desde allí comencé a cuidar y proteger a otros”, cuenta entre risas.

“La misma señora me dijo que me iba a recomendar con otras personas porque me pagarían más, me pagaban 375 lempiras, era que cuidar a un niño porque había otra compañera haciendo las labores del hogar, en esa casa solo nos daban dos veces de comer al día a las 5:00 de la mañana nos daban un pedazo de hígado con tortilla y a las dos de la tarde era almuerzo y cena, siempre que la señora pedía que hicieran comida; cuando era carne decía la carne para los patrones y el caldo para las nachas”.

Injusta remuneración laboral

“Ya a mis 20 años empecé a trabajar con una maestra pero solo tres días a la semana, ahora el trabajo ha ido en una decadencia que solo te contratan por días pero hacer las mismas actividades, entraba a las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, ella murió pero me recomendó con otra persona, igualmente hacia las actividades contratada solo por días, era un ingeniero que trabajaba en una institución estatal, el me empezó a dar trabajo para eventos no solo era de montarle el evento sino cocinar y vender la comida”.

“He trabajado con políticos, con el primero que trabaje me dejaba a cargo de su suegra, un niño y sus sobrinos el me daba 4,000 lempiras, luego me encontré a una persona de una ONG (Organización no Gubernamental), con esa persona de la ONG me pidió que trabajara con ella que me iba a dar 2,500 lempiras, después de ganar 4,000 y luego ganar 2,500 lempiras es como empezar de cero. No hay ninguna diferencia en el trato de trabajar con políticos, personas económicamente estables y algunas ONG’s, todos enmarcan bien que si vos tenes dinero vos mandas”.

“Las empleadas domésticas ganamos salarios míseros tengo tres trabajos para ganar la mitad de un salario mínimo. La ley permite porque ahora el trabajo doméstico lo pagan por horas”.

Necesidad de sanación por malos tratos

Gabriela destacó, “necesitamos un espacio de sanación, porque no ha sido fácil dejar nuestros hijos para cuidar otros, darle tiempo a otros niños no solo por cuidar sino darle cariño formar ese vínculo me ha tocado trabajar con niños desde bebes hasta niños que van a la escuela, mientras esos bebes tienen tu atención una deja a su familiares asumiendo la vida de nuestros hijos”.

Queremos que se reconozca este trabajo, no solo en lo laboral, sino lo emocional. Los empleadores te hacen sentir bien cuando dicen somos una familia, pero saben cómo coartar la relación cuando te hacen un reclamo, Es un vínculo emocional porque con los niños que se cuidan no se los ve como un objeto mucho menos cuando los dejan desde pequeños”.

“Yo recibí algunos malos tratos me recuerdo de un señor de una casa me gritaba e insultaba recuerdo en una ocasión me envió a comprar una carne a un supermercado la compre en oferta, a la hora de servir me dijo que sabía a sebo y dijo que yo tenía que arreglarla me dijo hijadelagranp…”.

Los malos tratos que uno tiene en los trabajos nos afectan al relacionarse con parejas, uno siempre está a la defensiva, una tiene que trabajar de lo que salga y al momento que salga no importa cuánto es el dinero que pagan uno agarra la oportunidad más inmediata aun con los salarios raquíticos es la que solventa”, finalizó. 

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