Tegucigalpa, Honduras/ Ginebra, Suiza (Comunicado de Prensa).-  Al final de una visita de tres días a Honduras, el Secretario General Adjunto de la ONU para los de Derechos Humanos, Andrew Gilmour,

subrayó “la necesidad primordial de aumentar la protección de los defensores de derechos humanos en Honduras”. Gilmour vio con beneplácito el fortalecimiento de la cooperación entre la recién creada Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Tegucigalpa y las instituciones del Estado, añadiendo que el objetivo de la Oficina es apoyar al Gobierno en ampliar la protección de los derechos humanos en un ambiente de seguridad altamente desafiante y en vista de las próximas elecciones.

En Honduras, Gilmour mantuvo reuniones con altos funcionarios del Estado, representantes de la sociedad civil, embajadores y el Equipo de País de la ONU. Después de verse con el Jefe de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) de la Organización de Estados Americanos, así como con el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Gilmour subrayó el trabajo esencial que ambos están haciendo y sus alianzas clave con la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.

“Estamos contentos de que el vínculo directo entre la corrupción y los abusos contra los derechos humanos se reconozca cada vez más –por ejemplo, cuando las concesiones por tierras o recursos naturales se conceden de manera irregular y sin consultar a las comunidades indígenas”, dijo Gilmour.

Gilmour también vio con beneplácito las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno de Honduras, como la creación de un Mecanismo Nacional de Protección para los Defensores de Derechos Humanos y el anuncio de la elevación de rango del Viceministerio de Derechos Humanos a un Ministerio completo. Después de reunirse con líderes de las ONG, Gilmour dijo que estaba particularmente preocupado por la violencia que enfrentan con valentía los defensores de los derechos humanos: mujeres, personas LGBTI, defensores de la tierra y pueblos indígenas.

“Ellos están haciendo un tremendo servicio para el futuro de Honduras a largo plazo y bajo ninguna circunstancia deben ser atacados, castigados o estigmatizados”, dijo Gilmour.

La impunidad generalizada, los terribles niveles de violencia, el aumento de la militarización de la seguridad pública, el acceso restrictivo a la planificación familiar, así como un aumento alarmante del femicidio y la violencia contra las mujeres fueron algunas de las cuestiones presentadas a Gilmour durante su visita. En sus reuniones, Gilmour reiteró que abrir espacios para el diálogo, el acceso a la información y la participación significativa en la formulación de políticas son elementos clave de una sociedad democrática. Alentó a los funcionarios del Estado a que vean a los defensores de los derechos humanos como aliados y agentes útiles de cambio.

También advirtió contra acudir a políticas penales severas para menores y abordajes del fenómeno criminal centrados únicamente en enfoques de seguridad. “La inversión social y las opciones de rehabilitación tendrían muchas más probabilidades de abordar las raíces de la violencia en Honduras”, dijo Gilmour.