Tegucigalpa, Honduras (Conexihon).- El Estado de Honduras debe investigar si el crimen que apagó la voz del comunicador social Carlos Williams Flores, está relacionado con el ejercicio de su profesión, así

lo demandó esta semana la Relatoría Especial de Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de derechos Humanos (RELE-CIDH). 

El 13 de septiembre pasado, fue asesinado Flores, un reconocido  comunicador social en la ciudad de Omoa, Cortés, al norte de Honduras. 

Flores tenía su programa televisivo “Sin pelos en la lengua” en el canal 22, de la comunidad de Tegucigalpita,  propiedad de la Asociación de Cableros de Omoa (ACO). Desde ese espacio, mantuvo una postura crítica a la industria extractiva  en la región de Cuyamelito, Cuyamel y Río Motagua.

La alerta número 98 del Comité por la Libre Expresión (C-Libre), indicó que el periodista fue seguido por personas a bordo de un vehículo en el sector de Cuyamel y le dispararon, donde resultó gravemente herido junto con otra persona.

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Por tal motivo, la RELE, parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), llamó al Estado hondureño a investigar el crimen contra el comunicador Flores y determinar la relación que pudiera tener con su actividad periodística.

“Las autoridades no deben descartar al ejercicio del periodismo como un móvil del asesinato y/o agresión antes de que se complete la investigación”, dijo la Relatoría Especial en un comunicado de prensa.

La Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH dice: «El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada».

Sumado al asesinato de Carlos William Flores, entre agosto y lo que va de septiembre, se contabilizan una serie de agresiones hacia quienes ejercen la labor periodística.

El pasado 24 de agosto, el Periodista Jhonny Lagos, director del mensuario EL LIBERTADOR, fue objeto de un atentado frente a las instalaciones del rotativo en Tegucigalpa. Las acciones contra el medio no cesan, como el hecho de que frente a las instalaciones dejarán un dibujo de una silueta humana con las letras RIP, que representa en inglés «rests in peace»  o “descanse en paz” traducido al español.

Honduras, considerado uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico, registra este año el tercer asesinato que acalla voces contra quienes ejercen dicha profesión en lo que va de 2017. 

Además de Flores, el 17 de enero fue asesinado Igor Padilla, reportero del canal de televisión Hable  
Como Habla (HCH), en San Pedro Sula.

El 15 de junio, Víctor Fúnez, fue atacado por un desconocido en horas de la madrugada, mientras regresaba a su casa, la ciudad de La Ceiba, en el departamento de Atlántida. Funes, conocido como “El Maza”, era presentador del programa “Informe nocturno” del canal 45 en aquella ciudad.

Los tres asesinatos han ocurrido en diferentes ciudades de la zona norte del país, y con ellos suman 68 crímenes contra periodistas, comunicadores sociales y personas afines a los medios de comunicación, desde el año 2003, de acuerdo a cifras que maneja C-Libre.

Foto: ciprodeh.org.hn